Se trata de una inciativa que no procede de evangélicos, sino de la sociedad en general, la idea pasar una semana sin encender la TV.
Puedes leer (en inglés) acerca de esta inciativa aquí.
Mi pregunta es, si personas que no necesariamente se guían por los principios de la Palabra de Dios ven como algo negativo y estéril ver la TV, ¿cual debería ser nuestra actitud como creyentes?.
Yo ya tengo una convicción acerca del asunto: aunque podemos encontrar cosas interesantes y útiles enTV, es una pérdida de tiempo, un peligroso estorbo en la fe del creyente cuando no un veneno, ¿y vosotros, qué pensáis?.
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