A nivel mediático hay poderosos enemigos que buscan por todos los medios borrar la familia tal como la conocemos, el matrimonio, la educación de los hijos, etc... conceptos que son originariamente cristianos, aunque son disfrutados por personas que no necesariamente lo son. ¿Por qué no unirse a una convocatoria de estas características? (que está abierta a todo el mundo.
¿Está eso mal?. No, siempre y cuando pertenezcas a la iglesia de Roma. Porque se dijo que no sólo era para personas pertenecientes a esa iglesia, sino para cualquier "sensibilidad" religiosa, y mi "sensibilidad" evangélica se siente incómoda al ver al obispo de Roma con sus obispos protagonizando y liderando ese evento.
Sí, creo que cristianos de todas las confesiones debiéramos apoyar públicamente la familia cristiana, pero con un evento no confesional, sí cristiano, pero no religioso, en el que tenga protagonismo la familia, y no los líderes religiosos del signo que sean, y en el que la Palabra de Dios (fuente y revelación de la familia cristiana) sea honrada puesto que todos los verdaderos cristianos la tenemos como nuestra suprema norma de fe y conducta.
Lo que ocurre es que la iglesia de Roma es netamente fiel a sus raíces: no han cambiado. Pese a lo que nos digan y a los cambios formales que concilios han llevado a cabo, la iglesia de Roma se considera la única iglesia de Dios, puesto que está (según creen ellos) asentada sobre el papado de Pedro, posee el magisterio, y es la única capaz de administrar los sacramentos, que según ellos son medios eficaces de la Gracia de Dios. Por lo tanto, si es difícil que un cristiano evangélico mantenga la boca cerrada y que no predique el evangelio ante una oportunidad de proclamar el testimonio de Jesucristo, es igualmente difícil que un evento organizado por la iglesia de Roma no sea romano-centrista.
Por otra parte felicito sinceramente a fieles de la iglesia de Roma por este evento, y sé que de corazón lo hacen para defender esta sagrada institución: la familia. Que el Señor les bendiga en este empeño de luchar por algo tan valioso como lo que Dios nos ha dado.