viernes, septiembre 29, 2023

Un Reino de siervos

 UN REINO DE SIERVOS


Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.

S. Lucas 22:27 RVR1960


Nuestro mundo, nuestra sociedad, nuestra historia, nuestras empresas, están construídas ideológicamente sobre la base de la competencia, el deseo de sobresalir, de vencer, y de tener dominio sobre otros. Liderar es tener control, reinar es que otros te sirvan, pero aquí tenemos a Alguien que es más grande que todos los reyes de la historia, más noble que el más noble de entre nosotros, a Jesús, el perfecto Hijo de Dios, Quien vino como un rey siervo, y Quien nos enseñó que en Su Reino el servicio es la cualidad del liderazgo.

2. La verdadera grandeza. ¿Qué es lo que hace grande a alguien? permitidme cambiar la pregunta: ¿qué es lo que hace que alguien pase inadvertido? la respuesta es sencilla: el servicio. En una cumbre de líderes mundiales los camareros y personal que trae la comida o que prepara la sala para que los dignatarios se reúnan, el personal que limpia las habitaciones del hotel cuando el personal diplomático está llevando a cabo su trabajo, o los recoge pelotas en una alta competición de tenis. Estas personas son invisibles, cumplen su función discretamente, pero nadie se fija en ellos. Nadie aspira a ser como ellos, todos aspiran a ser protagonistas. Aquí Jesús nos llama a cambiar completamente nuestra escala de valores y a aspirar el servicio como camino a la grandeza. 

3. Un Reino de siervos. Los valores del Reino de Dios son muy diferentes de los valores del reino de los hombres, en el Reino de Dios los grandes son los que sirven a otros, los invisibles, los pequeños, los que tienen un corazón humilde y sacrificado. Un Reino así es un reino de bendición, el Espíritu de Dios reposa sobre cada ciudadano de este Reino, y cualquiera que habite ese Reino será inmensamente dichoso. Ese Reino lo encabeza el Rey más grande de todos, y es un Rey siervo, Quien vino a dar su vida por nuestros pecados, y que escogió el camino del servicio, lavando los pies a sus discípulos y escogiendo la cruz antes que la espada. Que el Señor nos tenga por dignos de estar en ese Reino de paz, y bajo la autoridad de este Rey siervo.

4. En el Reino de Dios Jesús, el Señor, estará entre todos “como el que sirve”, y lo que quiere decir es que entre todos los siervos Él es el príncipe de ellos, el primero entre todos, porque su servicio llegó más allá que cualquiera, Él se entregó a sí mismo, en una obediencia completa, renunciando a mucho más que cualquiera de nosotros. Hay muchos cristianos que han dado mucho, sus vidas, pero Jesús ha dado mucho más, porque tenía mucho más, como Hijo de Dios y creador perdió un lugar sobre eminente, una gloria única, y una comunión perfecta con el Padre, para ser hecho pecado. Nunca sabremos qué implicó la entrega del Hijo de Dios, a cuánto renunció, y el precio de su sufrimiento, por eso Él es el Rey de un Reino de siervos.

5. Busquemos la grandeza del servicio, busquemos ser invisibles a los ojos de este mundo, pero bien conocidos por Dios. Cada pequeño acto de servicio es inmenso, y una vida de entrega es la mayor ofrenda con la que podamos agradecer al Salvador por su victoria en la cruz. Que seamos invisibles, aniquilados por la grandeza de otros, pero visibles para Dios, Quien conoce muy bien a los que son suyos, y que, como Él, buscan la grandeza de servir.


jueves, septiembre 28, 2023

Cómo esperar

Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

S. Lucas 21:34‭-‬36 RVR1960


El Señor Jesús dijo que volvería, pero esa espera no sería fácil, el mundo se volvería un lugar más y más convulso, y los creyentes estaría en peligro, no sólo por sus vidas, sino también en peligro de ser arrastrados de su fe, seducidos por los placeres, olvidando a Dios.

2. “Mirad también por vosotros mismos” o “Tened cuidado” NTV, como discípulos debemos considerar cuidadosamente cómo vivir, los tiempos en los que estamos, y cómo nos afecta todo ello. Tener cuidado es vigilar la salud espiritual de nuestra alma, detectar señales de debilidad, tomar decisiones para evitar los peligros espirituales que hacen naufragar nuestra fe. En ese sentido, cuanto más peligrosos se vuelven los tiempos, más severas deben ser nuestras medidas, con más cuidado debemos proteger nuestra fe de todo lo que la amenaza. 

3. Glotonería, embriaguez y los afanes de esta vida. Estos tres aspectos son una perversión de cosas buenas, comer y beber son un regalo de Dios, ocuparnos en nuestros asuntos es algo necesario, pero estos tres son una distorsión, un extremo insano que nos roba la paz y la atención en Dios. Una persona que come con moderación y da gracias a Dios es alguien que está honrando a Dios en lo que hace, y lo hace con dominio propio, en cambio una persona que come y bebe en exceso, es alguien que está buscando en la comida y la bebida algo que sólo Dios puede darle. Muchos cultos idolátricos tenían que ver con el desenfreno, y es que cuando le damos la espalda a Dios para buscar nuestra felicidad en las cosas que Dios nos da, estamos siendo idólatras.

4. Los afanes de esta vida. Debemos ser diligentes en nuestros asuntos, pero si una preocupación excesiva nos controla, nuestra vida espiritual está en peligro. Una persona que no confía en Dios busca tener el control absoluto, busca la seguridad por sus medios. El que se afana tiene terror de lo imprevisto, y cree que si lo gestiona con mucha dedicación puede evitarlo. Pero es una ilusión, un ser humano no puede tenerlo todo controlado: no es Dios. Luchamos contra el afán confiando en el poder y la sabiduría de Dios, pero también aceptando el dolor, confiando en que aun en medio de la prueba Dios cuidará de nosotros, porque Él está al control.

5. Que la venida de Jesús no te sorprenda. Aquellos que descuidaron su alma, son sorprendidos por la venida, ¿y por qué les sorprende? porque no la esperaban, estaban tan metidos en sus asuntos que la llegada del Hijo del hombre les sorprende, y no sólo les sorprende: les incomoda, porque rompe con una vida centrada en disfrutar del mundo sin Dios. Se nos llama a vivir en esperanza, de modo que cuando Jesús vuelva nuestro interior esté dispuesto a recibirle. Una visita distinguida requiere que nuestra casa esté limpia y en orden, ¿está en orden tu vida para el encuentro con Jesús? quizás Él venga a tí, o quizás tú vayas a Él porque la muerte te sobreviene, asegúrate de vivir de tal forma, de esperarle con tanta intensidad, y de disfrutar de Él tanto que cuando venga esa fiesta interior no se interrumpa.


miércoles, septiembre 27, 2023

Rebelión

 REBELIÓN


Así murió Saúl a causa de su rebelión con que pecó contra el Señor, contra la palabra del Señor, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó al Señor; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.

1 CRÓNICAS 10:13‭-‬14 RV2020



En estos tiempos en los que los hombres se burlan del pecado y son muy condescendientes con la maldad, Dios nos muestra, por medio de Su Palabra, lo abominable que es el pecado para Él, y lo muestra por medio del juicio a Saúl, al cual Dios mata “a causa de su rebelión”. Cada uno de nosotros deberíamos pensar en nuestro pecado personal, en la gran justicia de Dios, y que esto nos mueva al arrepentimiento, porque Dios es misericordioso, pero también es justo, y Él no hará la vista gorda, dejando que el pecador sin arrepentir entre junto con los que se han arrepentido. 

2. Saúl murió por su rebelión, no murió por la rebelión de otros, sino que fue juzgado por sus propios pecados. A cada uno de nosotros nos espera un juicio personal, donde nuestras obras y las motivaciones de las mismas serán examinadas bajo la perfecta mirada del justo Dios. Un examen así debería inquietarnos, porque nuestro juez no es un juez humano, sino el perfecto y Santo Dios. Nadie, en el Cielo ni en la tierra podría decir que Dios fue injusto con Saúl, él murió por su pecado. ¿Y nosotros, pensamos que nos libraremos por nuestra justicia?

3. Saúl pecó contra el Señor y contra la palabra del Señor. La voluntad de Dios ha sido revelada en Su santa Palabra, la cual contiene los mandamientos y el carácter revelado de Dios. Cada ser humano peca frente a la Ley de Dios, frente a los ojos de Dios, y pecamos porque somos pecadores. No somos pecadores ignorantes, sino que somos, al igual que Saúl, pecadores que conocen la voluntad de Dios. 

4. Saúl no consultó al Señor. El rey Saúl tenía la responsabilidad de consultar a Dios, los profetas hablaban por Dios y él podía recibir de Dios instrucciones, pero al abandonar a Dios, la voz de Dios calló. De la misma manera nosotros, al alejarnos de Dios provocamos el silencio de Dios, y al dejar de oir la voz de Dios otras voces nos guían, pero no es la voz de Dios. Saúl consultó a una adivina en Endor, y este último pecado fue uno de los peores porque desencadenó su muerte. Nosotros también tenemos la voluntad de Dios revelada en Su Palabra, ¿la tenemos en estima? ¿la consideramos con cuidado antes de tomar cualquier decisión?

5. Dios le quitó el reino a Saúl y este pasó a David. Cuando un rey peca, cae de su grandeza y el reino pasa a otro. El primero en caer fue Adán, y como virrey no sólo cayó él sino que toda la creación quedó sumida en oscuridad, pero nosotros también caemos de nuestra grandeza al pecar, perdemos la gloria de lo que fuimos, y nos convertimos en algo diferente, algo que no era la idea de Dios, sino una perversión de lo que un ser humano es. En estos últimos tiempos Dios levantó un Salvador, el glorioso Hijo de Dios, Jesús, hecho hombre por amor a nosotros, quien cayó de su grandeza, pero no por su pecado, sino por nuestro pecado, para que siendo Él castigado en su inocencia, nosotros seamos librados de nuestra culpa, y podemos ser levantados como hijos de Dios.


lunes, septiembre 25, 2023

Orar siempre

 ORAR SIEMPRE


También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,

S. Lucas 18:1 RVR1960


En la Biblia encontramos un tema recurrente: la oración, los hombres y las mujeres de Dios oran, pero es cuando llegamos a la persona de Jesucristo encontramos que la oración es un asunto que cobra más fuerza, sus discípulos ven a Jesús dedicar tiempo, incluso noches enteras a orar, es por eso que le preguntan, y el maestro mismo dedica tiempo para enseñarles a orar la importancia de orar. Hubo un tiempo en la vida de la iglesia cristiana en el que no había templos, ni música, ni programas, pero la iglesia hacía oración, los creyentes en sus hogares apartaban tiempo para la oración. 

2. Nuestro texto da comienzo a una parábola, una historia con un contenido espiritual que encierra una enseñanza sobre “la NECESIDAD de orar SIEMPRE y no DESMAYAR”. Esta enseñanza no enfatiza el cómo, ni la técnica, sólo enfatiza la INTENSIDAD de la oración, la NECESIDAD de la oración en nuestra vida, la CONSTANCIA que necesitamos al orar. En cierto sentido, nuestro Señor nos está diciendo: no puedo insistir lo suficiente acerca de lo importante que es orar, así que os contaré una historia para que podáis entenderlo.

3. ¿Es importante orar? orar es NECESARIO. No es una opción, no es el último punto de nuestra lista de prioridades, ni el segundo punto, es vital. El creyente debe dar tal prioridad a la oración, que si un ángel del Señor lo visitara lo encontraría orando como a Ananías. Hoy en día el entretenimiento es sinónimo de descanso, miramos la pantalla para “descansar” pero nuestra alma se muere de sed, y anhelamos la presencia de Dios. Sólo por medio de la oración podemos acceder a la casa del banquete (Cnt 2:4) y disfrutar de la abundancia de Dios, y sustentar nuestra alma con las pasas y manzanas (Cnt 2:5).

4. ¿Cuándo debemos orar? Debemos orar SIEMPRE. La oración debe ser frecuente, pero eso no debe enmascarar nuestra falta de oración. Oramos siempre en nuestra mente, cuando salimos y cuando entramos de nuestras casas, cuando nos despertamos y nos acostamos, de modo que si alguien nos preguntara ¿cuánto tiempo dedicas a orar? podríamos responderle: “Siempre estoy orando”. La cuestión es si APARTAMOS TIEMPO para orar, por ejemplo, si nos despertamos antes para apartar media hora, o una hora a la oración, o si terminamos nuestras tareas a la noche para poder ocuparnos sosegadamente (1 Cor 7:5) a la oración. Si no apartamos tiempo para orar difícilmente podremos decir que oramos siempre, porque hay dos tipos de oración, la oración en la que vivimos inmersos en nuestro día a día, y los tiempos que apartamos para orar.

5. ¿Y si no tengo ganas o estoy cansado? Debemos orar SIN DESMAYAR. Orar es un trabajo espiritual, y como cualquier trabajo, produce en nosotros cansancio, necesitamos esforzarnos en la oración, sometiendo nuestra carne que se rebela contra la oración (Mt 26:41), es decir, tenemos que imponer a nuestra carne el deseo de orar, y si nuestro cuerpo se rebela contra la idea de orar, inventando mil excusas, tenemos que tiranizar a nuestra carne, ordenándole que no se haga su voluntad sino la voluntad de Dios. 

Sigamos el ejemplo de nuestro amado Salvador, que vivió una vida que agradó a Dios, orando en todo momento, y especialmente en sus últimas horas. Oremos, sabiendo que Él nos dio su Espíritu que nos ayuda a orar, nos guía a orar, y que Él mismo intercede por nosotros.


viernes, septiembre 22, 2023

El gozo del perdón

 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

S. Lucas 15:32 RVR1960


EL GOZO DEL PERDÓN


La parábola del hijo pródigo es una historia que ilustra el deseo de Dios de reconciliarnos con Él, la alegría del arrepentimiento del pecador, y el llamado a la comunión. Pero también es una historia que ilustra la maldad de una actitud religiosa que no desea el arrepentimiento sino el juicio, y que no se goza con la reconciliación sino con la acusación.

2. Dios desea que el pecador vuelva a Él. Nos sorprende y nos conmueve saber que el Dios soberano mira al pecador con un profundo anhelo para que vuelva a Él, ¿por qué esos deseos? no es una especie de dios inmutablemente apático, sino apasionadamente compasivo: Dios ama la reconciliación y desea nuestro bien, ¡con razón te aman!

3. Dios se alegra del arrepentimiento del pecador. En la parábola, el padre corre en dirección al hijo disipador. En la cultura oriental un hombre de verdad no corre, sólo un niño corre, un padre, un rey, un mandatario, no corren, porque correr atenta a su dignidad, pero aquí Jesús cuenta que el padre corrió. En oriente a lo que nosotros llamamos “la parábola del hijo pródigo” ellos la llaman “la parábola del padre que corre”. Y corre en dirección al pecador arrepentido, deja las 99 ovejas y busca a la oveja perdida. Esto nos habla de la profunda compasión de Dios por el pecador, de sus deseos de bien y paz para que los pecan, dejen de hacerlo y vuelvan a él. “Buscadme y viviréis” dice el Señor, ¿por qué huir del Dios que tanto nos ama? ¿Qué clase de mentiras malignas hemos creído para huir de alguien que nos ama de manera tan perfecta? corramos nosotros en pos de Dios, busquémosle sobre todas las cosas, ambicionemos una mayor comunión y conexión más profunda con Dios, por medio de Jesucristo.

4. El contraste entre la actitud del padre y la del hijo mayor no puede ser más grande. El hijo mayor no se alegra de la fiesta que ha hecho el padre, ¡tampoco quiere entrar en la fiesta!, le espanta la generosidad del padre, es incapaz de olvidar los pecados de su hermano arrepentido, y finalmente acusa al padre de ser injusto, alejándose él del padre. Cada uno de nosotros llevamos dentro un hermano mayor. Cuando pensamos en nuestra justicia personal, cuando olvidamos nuestros pecados y nos enfocamos en los pecados de otro, y cuando finalmente nos creemos más justos que Dios, más sabios que Dios, y en nuestra locura nos constituímos en un dios mejor que Dios mismo.

Como hijos de Dios perdonados, ¿no deberíamos buscar, desear y procurar el bien de los que están lejos? ¿No deberíamos buscar hacer fiestas de reconciliación para aquellos que reconocieron su necesidad de perdón? ¿No deberíamos correr en pos de ellos? Dios nos llama a salir a las calles y a las plazas para encontrarnos con aquellos que se deleitan en la comida de los cerdos, y llevarlos a los manjares de la casa del Padre. Que el Espíritu de Dios que llevó a Felipe a encontrarse con el funcionario etíope, nos impulse a ir a otros, a hablarles del anuncio de paz en Jesús.


jueves, septiembre 21, 2023

Esforzaos

 Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.

S. Lucas 13:24 RVR1960


ESFORZAOS


¿Qué concepto tenemos de la vida cristiana? en el mundo evangélico hemos enfatizado el hecho de por haber hecho una confesión de fe, nuestra vida espiritual descansa en una oración de entrega a Dios en el pasado, y sin duda ese es el comienzo de la vida, pero no es el fin. La fe es algo que sostiene al justo cada día, porque el “justo vivirá por la fe”, pero ¿es fácil la vida cristiana, o un desafío, en qué sentido la vida cristiana es una decisión que tomamos cada día?

2. Esforzaos es una decisión que cada hijo de Dios debe tomar. ¿Por qué debemos esforzarnos? Nuestra intención continuada debe ser someternos a Dios (Stg 4:7), presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo (Rm 12:1), orar sin cesar y velar, estando atentos a que no se apague nuestra fe ni nuestro apetito por las cosas espirituales. No existe tal cosa como un creyente descuidado, ambos términos son incompatibles, ya que el creyente puede “ver” la realidad espiritual y entender la necesidad de velar, y aunque es cierto que podemos tener alti bajos, el creyente termina siendo consciente de su necesidad espiritual y termina levantando los ojos al Señor para restaurar su vida con Él.

3. La puerta estrecha. El creyente es un seguidor de Jesús, la vida de Jesús de Nazaret marca su camino, y así como Jesús resucitó, el creyente resucitará, pero así como Él sufrió oposición, también la sufrirá el discípulo. Un puerta estrecha no nos permite entrar cargados de muchas cosas, para pasar por una puerta estrecha tendremos que renunciar a cosas que nos impiden pasar por ella. ¿Cuánto deseas entrar por la puerta que conduce a la vida? ¿crees que es compatible amar a Dios y amar otras cosas que rivalizan con él? Es mucho más fácil entrar por una puerta así si nos despojamos de cualquier cosa inútil que nos impida el paso. Lo segundo es que una puerta estrecha requiere esfuerzo, quizás la entrada es tan justa que tengamos que empujar con determinación para atravesarla. ¿Estás esforzándote por seguir a Jesús? si no hay renuncia, si no hay determinación, si no tenemos nuestra mirada fija en Él, quizás no estamos siguiéndole.

4. Muchos y pocos. Las multitudes siguen a Jesús porque han visto las señales y quieren pan, pero el discípulo sigue a Jesús porque sabe que Él es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Los muchos buscan sacar algún tipo de provecho de Jesús, el discípulo conoce el valor intrínseco de su maestro y le sirve. Las multitudes se escandalizan de Jesús cuando la persecución viene, pero el discípulo sigue a Jesús hasta la tumba. Las multitudes no saben bien quién es Jesús, le siguen cuando es popular, pero el seguidor conoce a su maestro. Somos llamados a seguir a Jesús cuando todos le abandonan, a seguirle cuando los religiosos y las autoridades ven a Jesús como una amenaza, y a seguirle cuando Jesús nos llama a dejar otros amores y otras ataduras. Pero al igual que aquella hermana de Lázaro sabía que Él es el Salvador, nuestro salvador, nosotros reconocemos que Él es el Cordero que quita el pecado del mundo, y que en Él hay perdón real. Seguirle no es una opción, es una necesidad.


miércoles, septiembre 20, 2023

Ociosidad

 He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso.

Ezequiel 16:49 RVR1960


OCIOSIDAD


La caída de Israel es descrita en el capítulo 16 de Ezequiel como una serie de traiciones (fornicaciones) contra Dios que van de la infidelidad, el adulterio, el sacrificio de niños, la ausencia de misericordia y la ociosidad. ¿Qué tiene de grave la ociosidad y cómo puede ser un problema espiritual?

2. La soberbia, la saciedad de pan y la “abundancia” de ociosidad fueron la perdición de Israel.  Tenían comida, tenían ocio, y eran soberbios, ¿no nos recuerda a la condición de una buena parte de este mundo? las bendiciones de Dios no son malas, la abundancia no es algo que tengamos que lamentar, pero sí lo es olvidarnos de Dios. Proverbios 30:8-9 dice: “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios”. Olvidarnos de Dios sería el mayor acto de ingratitud cuando disfrutaremos de abundancia, olvidarnos de nuestro gran benefactor es una traición, y un gran desprecio. No olvidemos la gratitud a Dios en cada aspecto de nuestra vida, no descuidemos cultivar en nosotros una actitud que reconoce la mano de Dios en todo.

3. La soberbia cuando se mezcla con las bendiciones termina transformando esas bendiciones en nuestra destrucción. Es un veneno que mezclado con buenos alimentos contamina todo y nos termina matando. Si los judíos buscaban echar fuera la levadura antes de la celebración de la Pascua, mirando en cada rincón de la casa por si quedara cualquier ápice de soberbia, nosotros deberíamos buscar soberbia en cada rincón de nuestra alma para que no nos contamine. La soberbia es un pecado que le quita el mérito a Dios y nos lo atribuye a nosotros, la soberbia fue la caída de Nabucodonosor, y pasó de ser un gran rey a ser un animal sin razón. ¡Examina Señor nuestros corazones y quita toda soberbia!

4. El descuido de la misericordia es consecuencia de la soberbia porque la soberbia sólo mira hacia adentro y hacia nosotros, dejando de lado a nuestros semejantes. Del mismo modo que la gratitud mira con generosidad a los que no disfrutan como nosotros y busca el bien de todos. Que el Señor mueva nuestros corazones y nos lleve de la gratitud a la humildad, y de esta a la compasión hacia otros. Sálvanos Señor de la caída de los soberbios, líbranos Señor de ensimismarse y llena nuestras mentes y corazones de Tí, de Tu grandeza, de Tú Santidad.


Un Reino de siervos

  UN REINO DE SIERVOS Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy en...