Diario personal de Julio Martínez, autor de la página estudios-biblicos.org, así como del podcast Jesús en internet.
martes, julio 26, 2011
domingo, julio 24, 2011
La vida espiritual
La vida espiritual al igual que la vida física requiere una serie de cuidados y de elementos que impiden su crecimiento, ¿cómo podemos evitar aquello que impide su crecimiento y emplear los cuidados que más le convienen?.
Si deseas escuchar el mensaje en audio puedes usar el reproductor más abajo, o descargarlo en formato mp3.
viernes, julio 22, 2011
"La última cima"
"La última cima" es una película española del género documental que acabo de ver y que me ha gustado mucho. Quizás alguno se extrañará, ¿no se trata de una película hecha por un católico romano y que rememora la vida del sacerdote Pablo Domínguez?.
Así es.
Me gusta leer y ver historias de personas consecuentes con sus creencias y principios, y es en ese sentido que me impresiona la vida de un hombre generoso y que amaba a Dios. La película emociona y admira, admira por el calibre intelectual de Pablo, además de un apologeta, un comunicador, admira en su talla humana, alguien cercano al sufrimiento y a las personas, y admira en el plano espiritual, un hombre enamorado del Creador.
Podemos añadir todos los matices que querramos, si a tí, hermano evangélico se te ocurren cinco, a mí se me ocurren cincuenta. No apruebo el romanismo, ni esa idea de que el sacerdote es "otro Cristo" cuando lo que la Escritura enseña que por la Gracia y por medio de la fe en Jesús podemos ser reconciliados con Dios y reflejar el carácter y Su naturaleza. Tampoco apruebo la misma idea del clero, ni los estamentos clericales, ni la división clérigos/laicos, ni la idea de que el Dios todopoderoso se transmute en pan y vino (y que esa es la mayor Gracia que necesitamos), ni el monacato, ni el celibato (1 Tm 4.3), ni el bautismo de infantes, ni la confesión auricular, la verdadera universalidad de la Iglesia, ¿sigo?.....
Pero tampoco quiero que por esas diferencias mi orgullo me impida ver al hombre que es ejemplo de determinación y generosidad. Quiero reconocerlo como cristiano evangélico. Porque sería eso, el orgullo, ese pecado diabólico, el que me haría mirar por encima del hombro a ese hombre que amaba a Dios.
También me admira profundamente la fe de la familia del sacerdote fallecido, una confianza en el Dios que resucita a los muertos, y en Jesús, la fuente de Vida. Sus padres y hermanos muestran una fortaleza y un gozo que vienen de lo Alto. No puedo menos que alabar a Dios por sus vidas, mi cariño y reconocimiento.
A la vez quiero sacar algunas preocupaciones y cuestiones que me preocupan:
Una fe no diluida. Me alegro ver a católicos que conservan su fe tal cual, sin añadirle otros elementos (relativistas, sincretistas). Los hay. Me alegra ver personas con las que, aunque discrepe en no pocos asuntos, no han adulterado su fe. Porque hay muchos que sí lo han hecho. Me encuentro con algunos que profesando ser católico romanos, no creen que Jesús sea el camino al Cielo, sino "un" camino. Incluso dudan de su divinidad, y han vaciado el valor de su muerte en la cruz, afirmando que es sólo un "ejemplo de amor". Incluso algunos niegan su resurrección literal.
Mi deseo es que ambos acudan a la Escritura como única fuente de la revelación, y a Cristo única fuente de salvación (sin ayudantes ni coredentores).
Una fe valerosa, generosa y consecuente. En este sentido no puedo sino reconocer mi pequeñez y pedirle a Dios que haga de mí el hombre que debía ser. Mi admiración a ese sacerdote (y a tantos buenos hombres y mujeres que militan en la iglesia de Roma, conozco a no pocos de ellos).
En este mundo tan vacío de verdaderos valores espirituales y tan mediatizado por la tiranía de unos medios que nunca expresaron nuestra opinión, me alegra ver personas que con sencillez muestran su fe, una fe basada en el amor a Dios y amor a los demás, tan necesaria como urgente para nuestro país, y para este mundo en sí.
Sirvan estas pobres líneas como reconocimiento a Pablo.
Así es.
Me gusta leer y ver historias de personas consecuentes con sus creencias y principios, y es en ese sentido que me impresiona la vida de un hombre generoso y que amaba a Dios. La película emociona y admira, admira por el calibre intelectual de Pablo, además de un apologeta, un comunicador, admira en su talla humana, alguien cercano al sufrimiento y a las personas, y admira en el plano espiritual, un hombre enamorado del Creador.
Podemos añadir todos los matices que querramos, si a tí, hermano evangélico se te ocurren cinco, a mí se me ocurren cincuenta. No apruebo el romanismo, ni esa idea de que el sacerdote es "otro Cristo" cuando lo que la Escritura enseña que por la Gracia y por medio de la fe en Jesús podemos ser reconciliados con Dios y reflejar el carácter y Su naturaleza. Tampoco apruebo la misma idea del clero, ni los estamentos clericales, ni la división clérigos/laicos, ni la idea de que el Dios todopoderoso se transmute en pan y vino (y que esa es la mayor Gracia que necesitamos), ni el monacato, ni el celibato (1 Tm 4.3), ni el bautismo de infantes, ni la confesión auricular, la verdadera universalidad de la Iglesia, ¿sigo?.....
Pero tampoco quiero que por esas diferencias mi orgullo me impida ver al hombre que es ejemplo de determinación y generosidad. Quiero reconocerlo como cristiano evangélico. Porque sería eso, el orgullo, ese pecado diabólico, el que me haría mirar por encima del hombro a ese hombre que amaba a Dios.
También me admira profundamente la fe de la familia del sacerdote fallecido, una confianza en el Dios que resucita a los muertos, y en Jesús, la fuente de Vida. Sus padres y hermanos muestran una fortaleza y un gozo que vienen de lo Alto. No puedo menos que alabar a Dios por sus vidas, mi cariño y reconocimiento.
A la vez quiero sacar algunas preocupaciones y cuestiones que me preocupan:
Una fe no diluida. Me alegro ver a católicos que conservan su fe tal cual, sin añadirle otros elementos (relativistas, sincretistas). Los hay. Me alegra ver personas con las que, aunque discrepe en no pocos asuntos, no han adulterado su fe. Porque hay muchos que sí lo han hecho. Me encuentro con algunos que profesando ser católico romanos, no creen que Jesús sea el camino al Cielo, sino "un" camino. Incluso dudan de su divinidad, y han vaciado el valor de su muerte en la cruz, afirmando que es sólo un "ejemplo de amor". Incluso algunos niegan su resurrección literal.
Mi deseo es que ambos acudan a la Escritura como única fuente de la revelación, y a Cristo única fuente de salvación (sin ayudantes ni coredentores).
Una fe valerosa, generosa y consecuente. En este sentido no puedo sino reconocer mi pequeñez y pedirle a Dios que haga de mí el hombre que debía ser. Mi admiración a ese sacerdote (y a tantos buenos hombres y mujeres que militan en la iglesia de Roma, conozco a no pocos de ellos).
En este mundo tan vacío de verdaderos valores espirituales y tan mediatizado por la tiranía de unos medios que nunca expresaron nuestra opinión, me alegra ver personas que con sencillez muestran su fe, una fe basada en el amor a Dios y amor a los demás, tan necesaria como urgente para nuestro país, y para este mundo en sí.
Sirvan estas pobres líneas como reconocimiento a Pablo.
miércoles, julio 20, 2011
Concentrado
Se acerca el momento de viajar a Canarias para el retiro de jóvenes y para visitar las iglesias. Prácticamente tengo las charlas, solo me falta retocarlas, revisarlas. Además, estoy poniéndome al día en mis audios de predicaciones, y a veces surgen nuevas ideas, ilustraciones, etc...
Ya no es sólo el tiempo que uno necesita, sino las energías y la capacidad de concentración que esto exige. El tiempo límite se acerca y de alguna manera eso mismo apremia y motiva. Tengo muchas ganas de visitar a los hermanos (predicaré 5 veces a los jóvenes y cuatro a las iglesias). Uno de los días que predico es en un culto de bautismo, si algo me gusta más que una boda eso es un bautismo. Los que se bautizan son principalmente jóvenes, y una de las personas que se bautiza es quien hizo profesión de fe tras el retiro del año pasado, así que ¡será emocionante!.
Ya no es sólo el tiempo que uno necesita, sino las energías y la capacidad de concentración que esto exige. El tiempo límite se acerca y de alguna manera eso mismo apremia y motiva. Tengo muchas ganas de visitar a los hermanos (predicaré 5 veces a los jóvenes y cuatro a las iglesias). Uno de los días que predico es en un culto de bautismo, si algo me gusta más que una boda eso es un bautismo. Los que se bautizan son principalmente jóvenes, y una de las personas que se bautiza es quien hizo profesión de fe tras el retiro del año pasado, así que ¡será emocionante!.
domingo, julio 17, 2011
El mandamiento más importante- II parte
Si prefieres escucharlo en audio usa el reproductor más abajo:
O bien descarga el mensaje en mp3 en este enlace.
miércoles, julio 13, 2011
Dejando el campo de batalla
David dejó el campo de batalla. Le sobraba el tiempo y se dedicó a dar tumbos sin ningún tipo de rumbo ni saber donde ir. Aquel descuido le llevó al ocio, al aburrimiento y ... al pecado. Al mirar algo que no debió haber mirado, y condiar algo que no debió codiciar. El adulterio le llevó al asesinato. Y aquello trajo más desgracias a su vida.
Como hijos de Dios tenemos una misión que hacer y una guerra que librar. Abandonar nuestra misión nos acerca a los verdaderos peligros. Es esta ociosidad que nos mata, la que destruyó a Gomorra:
Ez 16.49 "He aquí, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado"
Como hijos de Dios tenemos una misión que hacer y una guerra que librar. Abandonar nuestra misión nos acerca a los verdaderos peligros. Es esta ociosidad que nos mata, la que destruyó a Gomorra:
Ez 16.49 "He aquí, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado"
martes, julio 12, 2011
La obra del ministerio
Existe un problema que es común en todas las iglesias y es el estado espiritual de ciertos hermanos que quizás lleven años con nosotros, cantando las mismas canciones y escuchando los mismos mensajes bíblicos, pero cuyas vidas oscilan entre un cristianismo nominal y las caídas.
¿Qué es lo que ocurre con ellos?, ¿son quizás creyentes carnales?. En este breve audio explico la necesidad que tenemos en las iglesias de seguir de manera radical el modelo pastoral de Pablo, quien visitaba a los creyentes en sus casas exponiendo la Palabra de Dios y confirmando así la fe de los hermanos.
Este cambio no sólo debe afectar a nuestra manera de llevar a cabo la obra del ministerio, sino que debe implicar a más creyentes maduros en la obra de afirmar en la fe a aquellos que o bien no son creyentes, y fortalecer a los que siendo creyentes viven en la más absoluta ignorancia espiritual. Confío que este estudio será de bendición tanto a pastores como a distintos líderes, profesores de escuela dominical, etc...
¿Qué es lo que ocurre con ellos?, ¿son quizás creyentes carnales?. En este breve audio explico la necesidad que tenemos en las iglesias de seguir de manera radical el modelo pastoral de Pablo, quien visitaba a los creyentes en sus casas exponiendo la Palabra de Dios y confirmando así la fe de los hermanos.
Este cambio no sólo debe afectar a nuestra manera de llevar a cabo la obra del ministerio, sino que debe implicar a más creyentes maduros en la obra de afirmar en la fe a aquellos que o bien no son creyentes, y fortalecer a los que siendo creyentes viven en la más absoluta ignorancia espiritual. Confío que este estudio será de bendición tanto a pastores como a distintos líderes, profesores de escuela dominical, etc...
viernes, julio 08, 2011
El mandamiento más importante
Cuando leemos acerca del mandamiento de amar a Dios quizás nos sentimos culpables. Culpables porque sabemos que pudiendo amarle más, le amamos más bien poco. Este no es el propósito del mandamiento.
No podemos separar la idea de amar a Dios del disfrute de amarle. Amor y disfrute son una misma experiencia, aquellos que amamos es lo que disfrutamos, y viceversa. Es por eso que este mandamiento es un llamado a tener una relación con él y construir nuestra vida sobre está experiencia de comunión.
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