lunes, enero 08, 2024

Una cuestión de perspectiva

 





“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”. Mateo 10:28 RVR60


Jesús ha avisado a sus discípulos de la oposición tan fuerte que van a encontrar. El mensaje del evangelio no sólo será rechazado: ellos serán rechazados. Si rechazaron a Jesús, ellos también lo serían, precisamente por llevar el nombre de Jesús a todos lados. ¿Deberían tener miedo de las cosas que les esperan? Jesús le da razones muy poderosas para no tener nada que temer.

2. La perspectiva es algo esencial para valorar la medida real de las cosas. Un gato es grande, si el que lo contempla es un ratón, pero un león es mucho más grande, si lo comparamos con un gato, y no sólo más grande, también mucho más temible. Las amenazas de los que se oponen al evangelio, e incluso la violencia de los enemigos de Jesús no tiene nada que ver comparado con el poder y la fuerza que el mismo Dios tiene. La pregunta es si conocemos el poder de Dios y la violencia santa que Él mismo puede ejercer a sus enemigos. Conocer qué clase de Dios es Dios hace desaparecer el temor que podamos tener a los hombres, porque los hombres no son nada frente a Dios.

3. Existen dos realidades, una realidad material y otra realidad espiritual. Una es temporal, limitada en el tiempo, la otra es eterna, no tiene fin. El cuerpo se puede matar, la vida física puede terminar, son sólo un puñado de años, pero existe otra clase de vida que no tiene fin, Dios tiene poder de alejar para siempre a aquellos que le han dado la espalda. Considerar la realidad espiritual de las cosas nos da una perspectiva más valiosa, un fundamento más sólido para tomar decisiones, ¡y una base más firme sobre la que tener paz!

4. Podemos mirar sin temor las dificultades que tendremos como representantes del evangelio, podemos considerar las amenazas, la violencia, y luego mirar al Cielo, a Dios mismo, sabiendo que todo es temporal, pero Dios es eterno, es perfecto, sus sentencias son definitivas, no hay por encima de Él más autoridad, cuando Él habla nadie más habla, cuando Él decide algo nadie más puede corregirle. La historia de salvación es lineal, hay un principio, pero hay un punto de la misma en la que Dios reinará, sus enemigos serán derrotados, Jesúcristo, Quien fue rechazado, será reconocido. Debemos poner nuestras mirada hacia adelante y considerar las decisiones que tomamos hoy a la luz de la realidad presente y futura. 


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