Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios.
Apocalipsis 16:1 RVR1960
JUICIOS SOBRE LA HUMANIDAD
El capítulo 16 de Apocalipsis describe la última serie de juicios, revelados como las “siete copas de la ira de Dios”, los juicios más severos que nos recuerdan a los juicios que Dios derramó sobre Egipto, una potencia idólatra enemiga del pueblo de Dios.
2. ¿Por qué Dios derrama sus juicios sobre la humanidad? la primera razón es porque rechazan al Hijo enviado, rechazan el testimonio de Jesús, y rechazan a los redimidos. Las almas de los mártires por causa del testimonio de la palabra aparecen varias veces, claman debajo del altar, y sus oraciones se añaden a los juicios que se derraman. Esta humanidad al dar la espalda a Dios ha adorado a la bestia, un sistema político y religioso que excluye a Dios, sobre esto se pueden hacer muchas especulaciones, pero la esencia es que el reino de los hombres es una triple alianza política, económica y religiosa enemiga de Dios y de los seguidores del Hijo de Dios. Otra razón son las obras injustas, la idolatría (la sustitución de Dios por un objeto de culto), la inmoralidad, la blasfemia, etc…
3. Los juicios de Dios responden a la pregunta: ¿por qué Dios no hace nada frente a la maldad? el problema es que cuando se derraman estos juicios la humanidad maldice a Dios por los mismos.
4. Estos juicios se están derramando desde la iglesia comenzó a sufrir por causa del testimonio, son los estertores de un sistema de maldad que ya ha sido juzgado y que está próximo a caer. Y son, sobre todo, una señal para la iglesia, para que levante su cabeza y entienda que su completa redención está cerca, porque el Cordero inmolado reina y viene pronto.
5. Estos juicios son un acto de misericordia de Dios, el sonido de trompetas que anuncian un cambio de era, y un llamado al arrepentimiento, una invitación a volverse a Dios. No obstante los hombres, dice Apocalipsis, no se arrepintieron ni dejaron su idolatría. Dios prolonga sus juicios para que este mundo sin Dios salga de su sopor y reconozca que Dios reina.
6. Estos juicios son las últimas páginas en el calendario de Dios, ya que un último evento pondrá fin a los tiempos de los gentiles e iniciará el gran juicio final y el inicio del Reino de Dios, donde sólo aquello que es santo entrará en su presencia. Ninguno somos dignos de entrar en el Reino venidero, ni de ser declarados inocentes ante Dios, pero Dios ha dado a la humanidad un Salvador, un cordero de expiación, una víctima inocente para que por su inocencia podamos ser justificados, perdonados, limpiados y aceptados. Jesús, aquel que está en el centro de la adoración celestial de los cuatro seres vivientes y de los 24 ancianos, es nuestra puerta de entrada al Cielo de Dios, y nuestra redención, sigamos confiando en Él cada día, y sigamos esperando en Él.
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