Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
2 Pedro 1:16 RVR1960
El testimonio de Jesús, el Hijo de Dios, quien se presentó en cumplimiento de las profecías y que cumplió la justicia de Dios, siendo Él nuestro sacrificio por nuestros pecados, Quien resucitó y reina, esperando a tomar el control de las naciones para sentarse en el trono de David, es el testimonio de personas que pagaron las consecuencias de permanecer fieles a lo que habían visto y oído. Los testigos oculares de la vida, muerte y resurrección de Jesús fueron fieles y esto es lo que nos han transmitido.
2. Este mensaje tiene poder en sí mismo, es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree (Rm 1:16). Este mensaje es la salvación del mundo, y la condenación del aquellos que no creen. Es salvación porque nos señala al Salvador, a Cristo Jesús, nos lleva al perdón y la reconciliación con Dios, a ser declarados justos, hijos de Dios. Es condenación para los que lo rechazan, para los que lo ignoran y no creen sus advertencias y promesas. Este mensaje es la gran pregunta que todo ser humano tiene ante sí. No podemos ignorarlo, porque es darle la espalda al mismo Dios.
3. Este mensaje es nuestra esperanza. No es una esperanza basada en fábulas, historias, sino en base a los testigos presenciales de los hechos que se nos cuentan. Es un consuelo en esta vida, un ancla de fe en las horas de la muerte, y una esperanza de vida en Dios. Aquellos que hemos creído somos sustentados por esta esperanza que Cristo Jesús nos trajo.
4. La majestad de Dios se revela en este evangelio. Dios se glorifica en aquellos que salva, mostrando su perdón y Gracia. Pero Dios también se gloria en aquellos que son justamente juzgados, enfrentándose a un Dios que no tiene por inocente al culpable, y que no dejará sin castigo ninguna maldad, porque Él es justo y santo. Alabamos y nos asombramos de Dios por su eterno evangelio, en Él Dios se revela a sí mismo, en él contemplamos el rostro de Dios, su naturaleza y vemos que Él es admirable.
5. Nuestro reto para hoy es que este mismo evangelio, confirmado por los apóstoles, sea el motor de nuestra vida, la meta de nuestra existencia, la base de nuestra espiritualidad. Que el evangelio ilumine nuestro ser, nos revele a Dios, nos lleve de la mano a un encuentro con el Dios vivo y verdadero. Él es amor y ese amor nos ha dado a Su Hijo, para que por medio de Él tengamos vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario