sábado, abril 01, 2023

La plaga

 Y Moisés dijo a Aarón: —Toma el incensario, pon en él fuego del altar y échale incienso; vete enseguida adonde está la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor ha salido de la presencia del Señor y la mortandad ha comenzado. Aarón tomó el incensario, como Moisés dijo, y corrió en medio de la congregación; la mortandad había comenzado ya en el pueblo. Puso el incienso e hizo expiación por el pueblo. Luego se puso entre los muertos y los vivos, y cesó la mortandad. Los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin contar los muertos por la rebelión de Coré. Después, cuando la mortandad había cesado, volvió Aarón con Moisés a la puerta del tabernáculo de reunión.

NÚMEROS 16:46‭-‬50 RV2020



LA PLAGA


La rebelión contra Moisés era una rebelión contra Dios, contra el orden sacerdotal (Aarón) y contra las instrucciones del propio Dios. En las entrañas de la rebelión estaba el rechazo a la idea del pecado (16:3) afirmando que todo el pueblo era santo, lo cual no enseñaban las leyes levíticas. Rechazar que Dios es santo y que el pueblo necesitaba de sacrificios para acercarse a Dios era negar el problema básico del ser humano, y por lo tanto cerrar la puerta al perdón. ¿Reconoces tu lejanía de Dios? ¿reconoces que el medio que Dios ha provisto para nuestro perdón es imprescindible?

El pecado tiene consecuencias. Tanto la rebelión de Coré y los otros, así como el fuego extraño que ofrecieron tuvo nefastas consecuencias, la palabra hebrea para “mortandad” significa “pestilencia”, “plaga”. Es decir, Dios los castigó con una plaga que se extendía rápidamente de una de las esquinas del campamento, mientras la plaga avanzaba rápidamente llevándose vidas Moisés le pidió a Aarón que tomara el incensario y se pusiera “entre los vivos y los muertos” para frenar aquella mortandad. Este cuadro nos espanta, pero ¿pensamos en lo terrible que es el pecado? si creemos que Dios es demasiado severo es que no hemos entendido lo abominable que es nuestro pecado a los ojos de Dios. Sólo podemos clamar a Dios para que nos ayude a ver nuestro pecado como Él lo ve. Esa es la única perspectiva válida.

Aarón se puso entre los vivos y los muertos ¡qué imagen tan desesperada! de no haberlo hecho así la mortandad hubiera seguido sesgando vidas a toda velocidad. Aaron es una figura del Salvador que se puso entre vivos y muertos: Jesús, suspendido en la cruz, entre el Cielo y la tierra, entre vivos y muertos, como un perfecto sacerdote, como el Aarón real, ofreciendo vida ante la destrucción que el pecado lleva milenios haciendo, ¡un perfecto salvador que trae una perfecta salvación! 

Sólo hay dos lados, o estas entre los que van a ser consumidos por la plaga del pecado, o entre los que son perdonados por la intercesión del Sacerdote. Si la mediación de Jesús sólo nos espera un justo juicio, la rebelión tiene que ser castigada y el pecado no tiene entrada en el Reino de Dios. Si has puesto tu confianza en Jesús, el perfecto e inocente sacrificio por nuestros pecados eres perdonado, salvado y aceptado por Dios. ¿Piensas en lo que hubiera sido tu vida sin la Gracia de Dios? ¿vives agradecido? ¿piensas en el Dios que te salvó y libró de la mortandad? el reto para hoy (y siempre) es vivir como alguien que ha sido librado de la condena a muerte, que ha sido librado de la cárcel del pecado, y que ha recibido bien en lugar de juicio.


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