jueves, marzo 30, 2023

La añoranza de la esclavitud

Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra

Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en

la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra

para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor

volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.

Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la

congregación de los hijos de Israel. Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los

que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los

hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera

buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra

que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta

tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con

nosotros está Jehová; no los temáis.

Números 14:1‭-‬9 RVR1960


Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

Romanos 15:4 RVR1960



El pecado de Israel nos espanta. Aquella generación vio las maravillas de Dios en Egipto, las plagar, la liberación a través del mar rojo, los milagros en el desierto, el tabernáculo, los mandamientos, el maná, y aun así dudaron de Dios, y hablaron de nombrar un capitán y volverse a Egipto. Nos cuesta entender cómo llegaron a ese nivel de necedad. Hasta que nos damos cuenta de que el pecado de ellos no es tan diferente de nuestro pecado.

En Jesús nosotros tenemos un testimonio mayor que el de Moisés, tenemos la mayor de las señales, la resurrección, y tenemos algo más grande que los mandamientos, el evangelio de Jesús, hemos recibido el perdón real por medio del Cordero de Dios, y no las sombras que los sacrificios levíticos anunciaban, pero aun así miramos atrás, al mundo, como la mujer de Lot. Nuestro pecado es mayor. 

1 / Pocos pecados hay tan graves como el del olvido. Olvidar los hechos de salvación de Dios en nuestro favor es negar nuestra misma redención. El Dios que nos rescató del Egipto espiritual también nos rescata del Egipto interior, la maligna influencia del mundo en nosotros, el apetito por los alimentos de Egipto, LA AÑORANZA DE LA ESCLAVITUD. La salvación sólo es completa cuando es interior y exterior. Ellos habían salido físicamente de Egipto, pero interiormente seguían siendo esclavos. Lo mismo ocurre hoy en día, algunos ocupan un lugar en el culto del Domingo, pero interiormente son esclavos de Egipto, la advertencia para nosotros no podía ser más clara, tal como dice el libro de Hebreos:


“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad

Hebreos 3:12‭-‬19 RVR1960


Me parece una tragedia que entre nosotros algunos no estén convertidos sino convencidos, que no hayan salido de Egipto, sino que sus mentes y corazones siguen en él, mientras participan de la cena del Señor junto con los escogidos. Han disfrutado de la palabra de Dios, de la comunión y amistad con los creyentes, pero ellos no lo son, ¡no hay peor engaño que el de creerse creyente! No, no estamos lejos de los pecados de Israel.

2 / Israel es una multitud, pero el creyente es un remanente, un grupo pequeño. Josué y Caleb no temen expresar su confianza en el Señor públicamente. Ellos creen, ¡saben! que Dios les dará la tierra prometida, y aunque hay que pagar un precio para conseguirla, están dispuestos a darlo. En lugar de temor, tienen confianza, en lugar de dudas, tienen fe, en lugar de añoranza de Egipto añoran un nuevo hogar dado por Dios. De ellos podemos aprender varias lecciones, 

  1. no olvidemos que hemos sido liberados, rescatados, salvados de la esclavitud para ser libres, hijos de Dios y nación de Dios. Nuestra liberación no sólo es un cambio geográfico, sino una libertad espiritual y mental. 

  2. añoremos y anhelemos nuestro hogar celestial, este mundo no es nuestro hogar, sino nuestra tumba. Egipto estaba lleno de tumbas, el Reino de Dios no sabe lo que es un cementerio, porque allí todos viven. La comida de Egipto son como las algarrobas con las que babeaba el hijo pródigo, nosotros tenemos un banquete en la casa del Padre del que ya podemos disfrutar.

  3. oremos por nosotros mismos, ya que la salvación no es sólo un hecho pasado, sino un hecho diario. “Padre, líbrame hoy de la influencia del pecado, de la nostalgia del pecado, desarraiga de mí todo deseo de perdición, y dame un nuevo apetito por Tu Reino”. 

  4. cuida tu fe. Caleb y Josué confiaban en Dios. Las amenazas futuras no eran nada. Tu fe es lo más precioso que tienes, NO PERMITAS QUE NADA ENFRÍE TU FE.

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