Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia acerca de Cristo, porque es poder de Dios en acción para salvar a todos los que creen, a los judíos primero y también a los gentiles. Esa Buena Noticia nos revela cómo Dios nos hace justos ante sus ojos, lo cual se logra del principio al fin por medio de la fe. Como dicen las Escrituras: «Es por medio de la fe que el justo tiene vida».
Romanos 1:16-17 NTV
JUSTICIA RECIBIDA
El cristianismo no es una religión, es un milagro. Es el milagro de Dios para salvación de personas arruinadas y deterioradas por el pecado. Es el poder de Dios en acción para transformar al cadáver en un ser vivo, y al enfermo en alguien sano, aceptado por Dios, renovado y limpio.
2. ¿Vergüenza? este mensaje está proscrito por religiosos y no religiosos, es malinterpretado, los creyentes en Jesús reciben malos tratos y no son bienvenidos, ¿es acaso un motivo para avergonzarnos? no, el evangelio, las buenas noticias, son el mismo poder de Dios para salvar a los pecadores, no por medio de una religión de obras y prohibiciones, sino por un Salvador, Jesús, Quien cumplió la justicia de Dios para poder representarnos como nuestra justicia.
3. ¿Orgullo? el evangelio humilla al ser humano y glorifica a Dios. Humilla al ser humano porque expone nuestra condición caída por el pecado, nuestra corrupción moral y nuestros deseos pervertidos. El ser humano no es alguien que puede ser reformado con mejores normas, es alguien que merece el castigo de Dios y al que sólo un milagro le puede salvar, ese milagro es Jesús. Por tanto el evangelio humilla al religioso, al humanista que cree que nosotros somos la medida de todas las cosas, y glorifica al Dios que salva por medio de la fe en Cristo Jesús.
4. ¡Vida! el evangelio no es religión, no es moralismo, es el Dios vivo dando vida a hombres muertos espiritualmente, tan deteriorados por el pecado que cada estrato de su ser está en avanzado estado de descomposición, nuestra mente, nuestras emociones, nuestra voluntad y nuestro espíritu están muertos, y no hay nada que podamos hacer para volver a la vida sino creer en Aquel que cargó con nuestra maldad en la cruz, y Quien murió para que podamos vivir.
5. ¡Gratitud! no hay vergüenza ni orgullo en el evangelio, hemos sido humillados al vernos en su espejo, y si podemos levantar los ojos al Cielo y dar gracias es porque hemos sido amados, perdonados y limpiados. Lo hemos recibido todo para poder dar las gracias con todo lo que somos. Hemos salido de la cárcel de la esclavitud del pecado que lo arruinó todo, y ahora, ya libres, poder alabar al que nos liberó y servirle, no como esclavos, sino como libres. Bendito sea Dios que envió a este magnífico Salvador, el perfecto y justo Hijo de Dios que aceptó la muerte del criminal, nuestra muerte, para ser vehículo de salvación.
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