Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte.
Isaías 57:13 RVR1960
SE TRATA DE LA IDOLATRÍA
Toda la Biblia es una sola revelación, en ella Dios se muestra a sí mismo. Esta biblioteca está diseñada para llevarnos al conocimiento de Dios, a una comprensión más profunda de Quien es Él, y para comprender la magnitud del desastre del pecado en la naturaleza humana. A través de sus páginas entenderemos el incomprensible amor de Dios por una humanidad que está completamente enferma por su pecado, y que ha traicionado a su Hacedor con los ídolos mudos.
2. La idolatría es la tendencia del ser humano a fabricar sus propios dioses. Como dijo Juan Calvino “el corazón humano es una fábrica de ídolos”, o lo que es lo mismo, nuestro problema está en nuestro interior, en nuestro corazón, que es donde se producen los malos deseos. La idolatría es el pecado en esencia, quitar a Dios y ponernos a nosotros mismos, o a un ídolo al que podamos manipular, con el que podamos comerciar, al que podamos comprar, prometer, y negociar con él. Hay algo que está irremisiblemente mal en nuestra naturaleza y es que la misma idea de Dios nos hace violencia, nos repele, no la toleramos.
3. Las consecuencias de la idolatría. Un ídolo no es nada. Carece de poder, de inteligencia, no oye, no ve, “semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos” Salmo 115:8. También añade la Escritura: “se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios” Salmo 16:4 es decir, el destino de aquellos que han puesto su confianza en el ídolo es el peor de los destinos, en esta vida confusión y dolor, y en la eternidad, perdición y oscuridad perpetuas. Dios nos advierte contra esta locura de la idolatría con la que estamos ciegos, nos invita a confiar en Él y dejar la insensatez.
4. Las promesas de la piedad. La devoción al Dios verdadero revelado en Jesucristo son para esta vida y para la eternidad. Conocer al Dios vivo es en sí una bendición, ES vida eterna y satisfacción real. Hemos sido creados para Él, para conocerle y amarle, para oirle y ser pastoreados por Él, nuestro propósito es ser parte de su familia, y nuestro contexto es la iglesia, el Templo de Dios. El conocimiento y adoración a Dios además tienen la promesa de la eternidad con Él, porque nuestra herencia no es una bendición temporal, nuestra herencia es Dios mismo, somos levitas y sacerdotes que han recibido una mejor porción: Dios.
5. El reto para hoy es si estás disfrutando ya de tus privilegios y bendiciones espirituales. ¿Has dedicado tu vida al conocimiento de Dios, o estás perdiendo el tiempo? ¿has consagrado tu vida a tener comunión con el Dios vivo, o disipas tus dones en pasatiempos? ¿te recreas en Dios y disfrutas del reposo que hay en Él, o te agotas trabajando para lo que no es comida ni sacia? Nuestra generación ha olvidado la bendición que es tener comunión con Dios y perece de sed, volvámonos a Él, saliendo del campamento, en la soledad del desierto, para encontrarnos con el Dios que nos sustenta y provee.
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