martes, mayo 30, 2023

Valorando y apreciando la salvación

 Mientras estuvo aquí en la tierra, Jesús ofreció oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía rescatarlo de la muerte. Y Dios oyó sus oraciones por la gran reverencia que Jesús le tenía. Aunque era Hijo de Dios, Jesús aprendió obediencia por las cosas que sufrió. De ese modo, Dios lo hizo apto para ser el Sumo Sacerdote perfecto, y Jesús llegó a ser la fuente de salvación eterna para todos los que lo obedecen.

Hebreos 5:7‭-‬9 NTV



VALORANDO Y APRECIANDO LA SALVACIÓN


Jesús, para llegar a ser Salvador atravesó un doloroso proceso que implicó hacerse humano, y aunque no cometió pecado alguno, dice la Escritura que aprendió obediencia por medio del sufrimiento. El camino que llevó a Jesús a la cruz constituye un conjunto de experiencias, rechazo, privaciones, amenazas, para enfrentarse a algo que sabía lo que implicaba, el horror de la cruz, pero aún más, el horror del rechazo del Padre, ser hecho maldito y apartado de Dios al cargar con nuestro pecado.

2. Que Jesús llegara a ser salvador es un misterio para aquellos que hemos sido beneficiados con la salvación. No podremos entender nunca las profundidades de su sufrimiento por nosotros. ¿Valoramos esta salvación tan grande? sólo las cosas valiosas son apreciadas, algo valioso puede serlo por su rareza o singularidad, pero también por el esfuerzo que lleva conseguirlo, nadie en toda la humanidad podría haber conseguido la proeza de salvación, nadie tenía la inocencia y justicia de Jesús, y por supuesto nadie tiene la perfección del Hijo de Dios, cuya muerte vale por una incontable multitud de hombres y mujeres que un día estarán en su presencia y ante el trono. Debemos esforzarnos por comprender lo excelente que es Cristo, y lo gloriosa que es su proeza de salvación, para así valorar la vida que se nos ha dado y el perdón tan inmerecido que disfrutamos.

3. El camino de la cruz fue el primer camino que Jesús atravesó, el segundo fue el camino de la tumba, y el tercero fue el camino de la Gloria. Al recorrerlos Jesús llegó a ser nuestro intercesor, mediador y Sumo Sacerdote de nuestra fe. Él está continuamente ante Dios, presentado como la ofrenda por nuestro pecado, y al igual que Moisés, está entre nosotros y la Ira justa de Dios. 

4. Podemos tener comunión con Dios al tener una puerta de entrada al Cielo, la que Jesús abrió por medio de su sacrificio ante el Padre, Jesús es la puerta que nos conecta con Dios, y nos otorga el privilegio de disfrutar de las consolaciones de Dios en nuestra alma. Podemos tener acceso al banquete del Padre y al reposo del pueblo de Dios por este glorioso sacerdote, Jesús. 

5. Nuestro afecto, obediencia, fe, y apego al Señor Jesús nos unen a Dios. En ningún otro hay salvación, porque Dios no nos ha dado a nadie como Jesús. La salvación sólo tiene un canal, y ese canal es Cristo Jesús. Rechazarlo es la mayor locura, abrazarlo es la salvación eterna. Acerquémonos a Jesús continuamente, busquemos en Él el poder para vivir nuestra vida, el perdón para levantarnos, y el gozo para sostenernos.


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