domingo, abril 23, 2023

Muchos predicadores, pocos profetas

 Soy una persona bastante exquisita en lo que a escuchar predicaciones se refiere. Esto se puede entender como que soy fácil de aburrir. Y lo cierto es que no me importa que el contenido sea sencillo, o que el predicador tenga pocos recursos retóricos, pero sí quiero que la Palabra de Dios sea predicada con pasión, convicción y eternidad. 

La lista de mis predicadores favoritos no es demasiado extensa, pero no me canso de oírlos, porque me hacen mucho bien. Uno de ellos es Leonard Ravenhill. Este hombre era amigo personal de Tozer, y era un hombre de oración. Como predicador era sumamente apasionado, hablaba de los temas esenciales de la fe, y en cierto sentido era un predicador "clásico", hablaba del Infierno, del juicio, de la oración, del arrepentimiento. No era un predicador expositivo, pero se notaba que vivía lo que creía. Sus mensajes me siguen fortaleciendo, renovando, y motivándome a buscar más al Señor. Pero sobre todo me permiten entender qué es una vida de piedad, una vida centrad en Dios, en la que el creyente muere a sí mismo y se dedica a buscar a Dios en oración y meditación de Su Palabra. 

Quizás los dos temas de Ravenhill eran: el avivamiento y la oración, de ahí el título de su libro más famoso "Por qué no llega el avivamiento", me gusta oirlo citar viejos himnos e historias de conocidos avivamientos y hombres de Dios. También me gusta cómo, a semejanza de Ryle, usa con ingenio frases paradigmáticas. En el cristianismo estamos hambrientos de modelos de piedad, y creo que Ravenhill es uno de ellos, el otro creo que es Paul Washer, quien hace los mismos énfasis que Ravenhill (y que cualquiera que haya leído a los puritanos), frente a una teología influenciada por psicología popular, ellos hablan de la conversión, la santidad, la oración, la cruz. ¿Es que hay otros temas? me preocupa que algunos referentes de los jóvenes sean oradores talentosos que toman temas interesantes para la cultura actual, pero no son del todo capaces de llevarlos a los clásicos, para mí un predicador gana mucho cuando las referencias que hace son a libros del pasado, entonces sé cuáles son las influencias. En mi biblioteca se acumulan libros modernos mientras intento ponerme al día con los clásicos, y muchas veces releyendo amados libros que tanto bien me hacen.

En el fondo el desafío de cada generación cristiana es encontrar cómo vivir en este tiempo sobria, justa y piadosamente. Y mientras más nos rompemos la cabeza, las palabras de Ravenhill siguen resonando "Go hide yourself", ocúltate, busca a Dios en la soledad, dedica tiempo a la oración, como diría Brainerd desde su lecho de prematura muerte a su hermano: "ora tanto como te lo permite tu salud".

En estos tiempos necesitamos profetas, que nos señales cuales son nuestros ídolos, y uno de nuestros ídolos es el ocio. Es decir, nuestra carne y los deseos de los ojos, vivir una vida fácil sin tomar la cruz, cambiar el gozo verdadero por el entretenimiento que mata el alma. Ten piedad de nosotros, Señor, y llévanos a un encuentro contigo, llévanos a un avivamiento de comunión contigo, a descubrir la satisfacción en Tí.

No hay comentarios:

La falta de dominio propio

  ”Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.“ ‭‭Efesios‬ ‭4‬:‭26‬-‭27‬ ‭ La pérdida de contr...