sábado, abril 22, 2023

La seguridad del hijo de Dios

 »El Señor no te dio su amor ni te eligió porque eras una nación más numerosa que las otras naciones, ¡pues tú eras la más pequeña de todas! Más bien, fue sencillamente porque el Señor te ama y estaba cumpliendo el juramento que les había hecho a tus antepasados. Por eso te rescató con mano poderosa de la esclavitud y de la mano opresiva del faraón, rey de Egipto.

Deuteronomio 7:7‭-‬8 NTV


LA SEGURIDAD DEL HIJO DE DIOS


¿Por qué nos ama el Señor? ¿nos ama por algo que ha visto en nosotros? ¿destacamos en algo sobre los demás o somos idénticos a nuestros vecinos? a los ojos de Dios lo que a nosotros nos parecen enormes diferencias, para Dios no lo son tanto, porque su perfección moral está muy por encima de nuestras miserias. No, la razón por la que Dios nos ama no está en nosotros, está en Él.

Miremos a Israel, en nuestro texto Dios le dice a Israel que la razón de su amor por ellos no está en ellos, sino en el pacto que hizo con sus antepasados. La razón está en sí mismo, en su fidelidad a sus propias promesas, Rom 9:16 “Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”.

La misericordia de Dios nace de un Dios que se define a sí mismo como Amor (“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” 1Jn 4:8) ¿qué nos enseña a nosotros esto? lo primero es que nos enseña humildad, Dios no está obligado a amarnos, nosotros pensamos que sí, que está obligado a amarnos en razón de nosotros mismos, pero lo único que merecemos es su justo juicio. Ser amado por Dios es entender que el Rey se ha fijado en nosotros y nos ha extendido su cetro de Gracia, que somos amados sin merecer ser amados. Lo segundo es que aprendemos la “mentalidad del redimido”. Cuando un esclavo era comprado por un filántropo y posteriormente liberado, ese esclavo, por pura gratitud podía pedirle a su comprador servirle de buena voluntad. Nosotros hemos sido liberados del pecado y del juicio, si no hay límites a lo que Dios nos pueda pedir es porque Dios nos ha amado sin límites.

Ser amados así nos da la perspectiva de hijos adoptados, hemos recibido todo y ahora tenemos un propósito. No hay peor cosa que ser un apátrida, alguien que no tiene patria, que no pertenece a ningún sitio. Es una persona errante al que nadie reconoce como suyo, y por lo tanto su destino es huir. No hay peor cosa que huir de la justicia de Dios sabiendo que un día esta nos alcanzará. No hay mejor cosa que ser reclamado por Dios para Él. El escogido tiene un vínculo invisible con Dios, un vínculo que nada puede romper (Juan 10:28; Rom 8:35), ese vínculo lo une a Dios para siempre, ha sido marcado como propiedad del Hijo, y el Padre lo ha dado al Hijo como posesión perpetua (Juan 17:6), nuestra seguridad está en el pacto de Dios, en la seguridad de sus promesas, en la naturaleza de Dios. Bendita seguridad, bendito amor con que nos amó en la cruz.


No hay comentarios:

La falta de dominio propio

  ”Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.“ ‭‭Efesios‬ ‭4‬:‭26‬-‭27‬ ‭ La pérdida de contr...