Diario personal de Julio Martínez, autor de la página estudios-biblicos.org, así como del podcast Jesús en internet.
sábado, noviembre 19, 2011
Acoso al homosexual
Jamey Rodemeyer era un jóven de 14 años, homosexual, que tras sufrir el acoso y el odio de sus compañeros terminó suicidándose. Sus hostigadores le insultaban por los pasillos del Instituto, además de enviarle cartas diciéndole que los "homosexuales irán directamente al infierno".
Antes de ceder a la presión, Jamey grabó un vídeo animando a otros chicos que como él sufrían el acoso a seguir adelante. Como cristiano rechazo con todas mis fuerzas la actitud de aquellos que se dedicaron a hacerle daño, animándole incluso a que se suicidara. Seguro que muchos de sus maltratadores pensaban que eran buenos cristianos.
1. Como cristianos no podemos aceptar la homosexualidad como el plan de Dios para el hombre o la mujer. Dios ha establecido cómo deben ser las relaciones, identidad y sexualidad de la persona, para poder disfrutar plenamente de la vida debemos vivir según Su plan.
2. Como cristianos estamos llamados a defender a los que sufren y están en una situación de debilidad, especialmente a los homosexuales. Alguno pensará si esto entra contradicción con el punto 1. En absoluto.
El homosexual merece el mismo respeto que merecemos cada uno de nosotros. De la misma manera el cristiano merece libertad de creer y vivir de acuerdo a su fe y conciencia. Al mostrar amor a los homosexuales no estamos aceptando su estilo de vida, sino que estamos teniendo la misma actitud que el Señor Jesús tendría hacia ellos. A Jesús lo acusaban de estar siempre rodeado de personas marginales, pecadores, prostitutas, cobradores de impuestos corruptos, a lo que Él respondía que eran los enfermos los que tenían necesidad del médico.
La actitud del verdadero creyente es estar cercano a todo tipo de personas, incluyendo a los homosexuales, mostrarles amor (no condescencia, sino auténtico amor), compasión (no santurronería, sino servicio), y ser sus defensores cuando alquien se burle o les amenace.
La mayoría de cristianos no han entendido a Jesús, no entienden que si Jesús viviera en un Instituto estaría siempre cerca de los homosexuales, llamaría a Jamey para darle apoyo, hablaría con profesores, la asociación de padres, las autoridades y escribiría cartas a los periódicos. Él sería el defensor, no de su causa, pero sí de sus persona, de su dignidad, y su derecho a vivir en paz, aún cuando no esté de acuerdo con su estilo de vida. Ganaría su amor y simpatía, y gracias a eso les podría hablar del amor de Dios por ellos y del poder para vivir una vida transformada.
3. Es la religiosidad y el fanatismo, no el cristianismo, lo que está detrás de la violencia. El doctor Martin Luther King era un pastor evangélico que luchó por los derechos de la minoría afroamericana en los Estados Unidos , el político cristiano William Wilberforce luchó a favor del abolicionismo, y así muchos otros cristianos han luchado a favor de los derechos de las viudas en la India, de los derechos de las mujeres, de la infancia, etc...
Pero hay otros, ignorantes que no han entendido qué creía Jesús y cómo vivía, que piensan que lo mejor que pueden hacer es odiar a otros. Estos no son cristianos, son religiosos, exactamente igual como los enemigos fariseos que procuraban matar a Cristo Jesús. Este tipo de odio ignorante podría llevar cualquier signo (una cruz, una hoz y un martillo, una esvástica, o la bandera del ecologismo) ya que no es más que un matón buscando una excusa para hacer daño a otros.
El verdadero cristianismo ha sufrido de manos de los religiosos todo tipo de persecuciones, campañas de odio, leyes antiblasfemia, y por desgracia, estos religiosos se han hecho pasar por cristianos, para mayor confusión. A estos los señalamos como enemigos del espíritu de Jesús, su destino no es el Cielo que creen heredar.
4. Debemos revisar el contenido de nuestra fe en las mismas fuentes originales: la Biblia. Muchos se han creído que esa campaña de Hollywood acerca de que la Biblia es el libro que leen los psicópatas es algo peligroso. Más bien es el libro que leían Luther King o William Wilberforce, también Florence Nightingale, y Henri Dunant, fundador de Cruz Roja.
Más allá de un versículo fuera de contexto, la Biblia es la historia de cómo Dios procura el mayor bien del ser humano: tener una relación con Él y conocerle. Lejos de predicar odio enseña a cuidar de los más vulnerables, no juzgar ni creerse superiores a otros, mostrar compasión y estar dispuesto a dar la vida por proteger a quienes más lo necesitan.
Los religiosos que comparten su ignorancia deberían volver a las fuentes para aprender cómo vivir como verdaderos hijos de Dios.
Leer la noticia en el diario Clarín.
Leer la noticia en la web Dos Manzanas.
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