jueves, septiembre 22, 2011

El ser más solitario del mundo

Una de las fuentes de conocimiento más interesantes viene del contacto con las personas. Escucharles, conocerles, comprenderles. En mi vida y servicio en la iglesia he tenido el privilegio de hacer grandes amigos, no sólo amigos de hacer bromas y pasarlo bien, si amigos "a corazón abierto".

Alguien dijo que no hay nadie tan solitario como quien tiene un secreto. Y conozco a algunas personas que están deseando librarse de esa carga, de ese secreto que les hace sentir solitarios y en muchas ocasiones les hace sentir culpables. He conocido personas que me han asegurado que tienen cosas que comentarme, pero que aún no están listos. Lo cierto es que cuando escucho aquella carga, no siempre es tan terrible, pero la esclavitud a la que les somete sí que lo es.

El Salmo 32 nos habla de cómo podemos vernos libres de esas cargas que nos asfixian, "mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad" y añade "Confesaré mis transgresiones al Señor". Cuando alguien puede librarse de esa carga secreta puede decir "Tú eres mi refugio, me guardarás de la angustia".

Nunca como ahora había visto a tanta gente solitaria, y nunca como ahora, en esta sociedad que ha "superado" la idea de un Dios personal he visto a tanta gente cargar con tantos secretos. Nadie te librará de ellos, ni siquiera pagando 90 Euros la hora de sesión, pero Dios quiere hacerlo, nos está esperando.

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