
Sin ánimo de hacer publicidad, hace unos meses descubrí los cuadernos Moleskine, relanzandos por una empresa que compró los derechos del antiguo fabricante. La idea es que son cuadernos con tapa dura, de muchos tipos, y con una banda elástica que hace más fácil cerrarlo. Ahora mismo el diario que llevo de este año es en uno de esos pequeños cuadernos, en cambio mis estudios bíblicos (mis devocionales, notas para exposiciones bíblicas) los anoto en un cuaderno con el que llevo ya algún tiempo.
En este mundo que va tan rápido escribirlo todo me ayuda a reflexionar en los hechos del día, poder volver a leerlos como si de un álbum fotográfico se tratara, y me ayudan tremendamente a poner por escrito y fijar en mi mente las verdades que aprendo en la Palabra de Dios o de otros maestros. Me conozco, y sé que si no escribiera todo me resultaría más difícil tomar tiempo para meditar y reflexionar.
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