Este fin de semana en el Escorial hemos disfrutado de un encuentro que ha unido a hermanos de todo el país para adorar, tener comunión y SOÑAR EN GRANDE con la misión y el servicio. La Coahes no es un organismo sino una comunión de iglesias, y sobre todo un espacio de servicio y misión que ya lleva años sirviendo en áreas como la formación con Escrituras Online, y que ha prestado ayuda a hermanos de otros lugares como Ucrania.
Seguro que desde Edificación cristiana encontraréis magníficas reseñas del evento, yo quiero hacer mi pequeña aportación de por qué la Coahes es necesaria y por qué el SUMA (el encuentro del pasado fin de semana ha sido de tanta bendición).
Necesitamos conocernos. Lo sé, el ritmo de nuestra iglesia local es lo suficientemente intenso como para evitar cualquier carga adicional, pero de no ser por Coahes no hubiera conocido a hermanos y amigos como Daniel Tester, y otros que ahora son personas muy cercanas y con los que es un privilegio colaborar en el evangelio.
Este fin de semana he procurado por todos los medios hablar con hermanos desconocidos y con algunos que conozco poco y que veo muy de vez en cuando. La iglesia de Dios es un tesoro de experiencias. Un joven de Trafalgar me dijo que iba intentar aprovechar este encuentro para conocer a todos los ancianos de Madrid y preguntarles de sus experiencias. Y en ese sentido, ¡qué bueno es ver a tantos jóvenes! he podido hablar con muchos. Con uno de ellos, un joven de Toledo, con quien sólo coincidía en la fila del desayuno pude hablar de libros y autores cristianos que nos habían servido de bendición. Un hermano quiso hablar conmigo para compartir las dificultades que enfrentan en su iglesia, cargas que me llevo en el corazón y en mis oraciones. He aprendido cómo los hermanos de Almería tienen un grupo de Zoom para leer la Biblia, y que ya han leído la Biblia entera y el Nuevo Testamento dos veces ¡alucinante! El hermano Abel me comentó de cómo empezó a servir a las iglesias y evangelizar en la zona. Timoteo Figueirido compartió con algunos de nosotros situaciones que habían enfrentado y dificultades que como iglesia tenían. Durante la primera comida un joven de Armilla que viajó con Dani Tester me hablaba entusiasmado cómo había decidido levantarse temprano para estudiar a fondo la Biblia y sus planes para completar el Nuevo Testamento completo. Y ya casi al final pude hablar un poco con Puri, viuda de nuestro añorado Pedro Inglés y agradecerle cómo me acogieron cuando era un jóven inconstante y muy confundido que hubiera pasado el resto de mi vida dando tumbos de no ser por su enseñanza y ejemplo.
Cuando llegué a casa me senté a escribir en mi diario TODO, porque quería recordar cada conversación, cada detalle.
Pero esto no ha quedado ahí, en el próximo encuentro queremos traer a todos los jóvenes que podamos (fue maravilloso verlos juntos). Tenemos que pensar en un ENCUENTRO NACIONAL DE JÓVENES, y en muchos proyectos pendientes surgidos del Espíritu Santo moviéndose entre las iglesias y moviéndonos a amarnos, compartir, y dar testimonio juntos.