lunes, octubre 02, 2023

Todo es Gracia

 TODO ES GRACIA


Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.

Gálatas 2:19 RVR1960


El evangelio es lo contrario a todos los sistemas religiosos que procuran la salvación, derriba el orgullo humano, y también pone fin a la culpa. Dios es glorificado por Su evangelio, ya que la salvación es suya, su amor y su justicia se revelan en perfecto equilibrio.

2. La ley nos fue dada para contener nuestro pecado y para manifestar nuestro pecado, así como el carácter santo de Dios. Todas las normas, mandamientos, prohibiciones, maldiciones y bendiciones de la Ley son una expresión de un Dios tan perfecto que sólo podemos admirar, y tan santo al que no nos podemos acercar. Sin embargo los seres humanos corrompemos todo lo que tocamos, y convertimos la ley en un motivo para exaltar nuestro orgullo, engañándonos a nosotros mismos y creyendo que podemos cumplir algo que de ninguna manera podemos. 

3. La ley “nos mata”, aniquila nuestro orgullo y muestra nuestra incapacidad. En ese sentido el texto dice que la Ley nos incapacita para cumplir la misma Ley. La Ley nos ha matado capacitándonos para cumplir con una vida tan elevada que está fuera de nuestro alcance, esta Ley es nuestro certificado de defunción, no podemos cumplir con una Ley que nos ha condenado. ¿Qué sentido tiene pensar que podemos hacer un nuevo intento?

4. Pero el evangelio, que es Cristo revelado como nuestra justicia, nos declara justos, nos introduce en la familia de Dios adoptándonos como hijos, y nos hace libres. ¿Tiene sentido que, una vez hechos libres intentemos cumplir con una Ley que mostró nuestra incapacidad? ¿no es una ofensa a Dios mismo rechazar Su Gracia para volvernos a nuestros orgullosos esfuerzos, olvidando nuestro pecado y corrupción interior? El evangelio de la libertad es un camino de sólo ida ¡gracias a Dios! abandonarlo es una necedad absoluta, una estupidez de magnitudes cósmicas.

5. El evangelio nos permite “vivir para Dios”. La libertad que Cristo ganó para nosotros, al librarnos de la Ira de Dios, nos permite entrar en el disfrute de Dios, sin temor. Jesús es la puerta a la casa del Padre, la entrada al Reino de la Gracia, a los gozos del Dios trino, somos el mar de cristal en perfecta armonía y paz con Dios y entre nosotros porque hemos sido lavados por la sangre del Cordero, no hay condenación para los hijos de Dios. 

6. Querido creyente, el evangelio es para tí CADA DÍA DE TU VIDA. El evangelio no sólo es el inicio de tu vida, es el SUSTENTO de tu vida. La cruz y la tumba vacía son la garantía de tu entrada y de tu nueva identidad como hijo de Dios. Hemos sido sellados como la propiedad de Alguien que está por encima de todos los reinos, imperios y poderes celestiales. Honra al Hijo de Dios, piensa en Él y reconoce en tí Su victoria.


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