viernes, mayo 18, 2012

Murmuración entre cristianos

 

Hay muchas cosas que los cristianos que disfrazamos de piedad, cuando en realidad no son otra cosa que pecados maquillados de santidad, pero pecados al fin y al cabo.

 

Una de las actitudes que veo con mucha preocupación es el tema de la murmuración. Este es un pecado que suele descalificar bastante al que lo comete, pero que algunos se auto engañan disfrazándolo de otra cosa.

 

A veces se disfraza de "preocupación". Alguien se te acerca y te dice algo así como: "¿Has visto a la hermana mengana?, estoy muy preocupado por ella, ¿Has visto cómo trata a su marido en publico?, se ve que tienen problemas, ademas sé, pero no puedo decir quien me lo ha dicho, que están discutiendo delante de sus hijos, uno de ellos en la escuela dominical lo dijo a su profesora".

 

Esto no es preocupación, esto es cotilleo. Cotilleo y chisme.

 

Contar historias de otros en las que su reputación y honor quedan mal, repetir conversaciones privadas, revelar secretos, dar detalles de disputas ajenas. Hablar de las debilidades de otros, de sus fracasos y de sus pecados, es murmuración.

 

En internet muchos cristianos están cotilleando y repitiendo historias que no tienen modo de saber si son ciertas. Me sorprende la credulidad y la insensatez de aquellos que llevan el nombre de Cristo. Alguien cuenta que un blog que cierto reputado pastor, cantante cristiano o ministerio, ha sido descubierto fornicando, robando, o rezando con un musulmán, y muchos son prontos a repetir la historia, enviarla por correo electrónico a todos sus contactos, y ¡No saben si es cierta o no!, de manera inconsciente están repitiendo un chisme, están calumniando, y seguramente estén esparciendo mentiras.

 

Una vez difundido el chisme el daño está hecho, por favor, no seamos parte de ello.

 

Hace unos años hablé en términos elogiosos del ministerio de enseñanza de un hermano. Alguien, un desconocido, me escribió un correo diciéndome que cómo podía apoyar a un hermano que había cometido cierto tipo de inmoralidad sexual. No le respondí. Sencillamente escribí al hermano cuyo ministerio yo apoyaba y le pregunté por esta acusación . El hermano me dijo que era cierto, hacia varias decenas de años cometió un pecado por el que tuvo que ser apartado del ministerio, tras varios años fue restaurado, su esposa y su iglesia le perdonaron, pero el chisme seguía rodando, destruyendo su reputación.

 

Ok, entiendo que un pecado de esta naturaleza destruye en ministerio, pero hay otro pecado, que es el de difundir historias, aun peor si las difundimos parcialmente.

 

Escribí a la persona que me alertó de este asunto y le comenté lo que os acabo de contar, que esto había ocurrido hacia tiempo y que el hermano había sido restaurado. La respuesta de aquel hombre fue:"vaya, no sabia que usted era amigo de ese hermano". ¡No lamentó haber contado una historia a media!, no lamentó contar algo que él no sabia si era cierto o no, tampoco lamentó destruir la reputación de una persona que no conocía de nada.

 

Con esto no quiero decir que no haya que tomar medidas en casos concretos en los que la iglesia aplique la disciplina para proteger el buen testimonio y la vida espiritual de un creyente. Esto es necesario, y a veces hay que ser tajante y claro a la hora de no confraternizar con el pecado.

 

Pero aquí estamos hablando de algo bien diferente.

 

Seamos reflexivos, pensemos bíblicamente, no propaguemos rumores, y antes que andar repitiendo historias vayamos a la fuente. No hermanos, no somos Dios.

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