viernes, agosto 13, 2010

La supervivencia del cristiano

Tengo la costumbre de anotar la fecha en la que finalizo la lectura del Antiguo Testamente y del Nuevo (de manera separada). Es más una curiosidad, un detalle que me ayuda a ver si estoy cuidando o descuidando mi lectura de la Biblia. Evidentemente podemos leer mucho y no entender nada, o preocuparnos por leer y leer sin sacar provecho alguno, también podemos ser tan negligentes con la lectura de la Biblia que apenas la leamos.

Hoy terminé la lectura del Nuevo Testamento y.... es la primera vez que tardo tanto en leerlo. Decía Juan Wesley que el metodismo terminaría el día que sus miembros dejasen de ser personas de lectura (en realidad no sólo se refería a la Palabra de Dios).

Quizás sea esta falta de atención a la Biblia la razón de tanta debilidad en nuestras vidas. Vivimos rodeados de tanto entretenimiento que sacar tiempo para leer un capítulo de la Palabra de Dios es toda una victoria. Si es tan difícil conseguir eso.... ¿no será por la importancia que tiene?. Es cuestión de vida o muerte. Es cuestión de supervivencia o de ser arrastrado con el mundo. De disfrutar de nuestra relación con Dios o de vivir en el apretado corsé de una religión sin vida.

Es por eso que el llamado contínuo debe ser a velar, a orar, a no descuidar nuestro alimento espiritual, y a no flojear.

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