Mi esposa había vuelto del trabajo, y como ya es habitual, estábamos en el mejor momento del día, charlando y compartiendo juntos. Había un nuevo compañero en su trabajo, de Granada, como yo. Cuando le preguntó a mi esposa cuanto tiempo llevábamos casados mi esposa le dijo que diez años.
"¿Diez años?, ¿y sin hijos?, ¿y cómo es que seguís juntos?".
Este hombre, medio en broma, medio en serio se quedaba extrañado de que una pareja pudiera seguir tanto tiempo casados sin necesidad de tener "obligaciones", daba casi por sentado que lo normal era que no se aguanten demasiado tiempo.
Y ahora miremos alrededor. Cuando pienso en la gente de "mi quinta", personas nacidas a principios de los setenta (y después) lo que veo es: muchas personas solteras (me llama la atención ver tantos), personas que se casan muy tarde, o personas conviviendo fuera del matrimonio. Y me imagino que dentro de poco llegarán las tandas de divorcios. Y no, no estoy siendo pesimista.
¿Cual es el problema de la poca estabilidad de las parejas hoy en día, por qué duran tan poco tiempo juntos?. El otro día escuché a una conocida modelo responder a la pregunta: "¿Cómo es para tí tu hombre ideal?", y ella respondía: "una persona que me haga sentir bien". Esto es lo que muchos piensan hoy en día, y me he encontrado con respuestas parecidas:
"una persona que me haga reír"
"una persona que me haga feliz"
"una persona que me comprenda"
"para mí lo principal es estar enamorados" (hay que analizar qué entiende la gente por estar enamorado)
Amigos: expectativas irreales. Muy irreales. Vamos a poner los pies en el suelo y dejar de sacar conclusiones de la vida basándonos en las películas románticas. Habrá momentos en la relación en los que no haya comprensión, en los que esa persona más que hacerte feliz te saque de quicio, y en los que la abrasadora llama del amor esté ausente. LAS PERSONAS SOMOS DECEPCIONANTES. Poner unas expectativas tan altas tiene un nombre: idolatría. Sólo Dios puede cumplir tantos deseos, no el matrimonio.
Y por favor, entendedme bien, soy de los que piensan que uno de los mejores inventos del Señor es el matrimonio, amo a mi esposa, la admiro cada día más, ¡pero es una persona!, y como tal tiene limitaciones, y yo tengo anhelos que sólo Dios puede llenar. El matrimonio nos proporcionará momentos únicos, y una relación de intimidad con otro ser humano fabulosa. Pero seamos sensatos, una cosa es el matrimonio, y otra es la plenitud en la vida. Y la plenitud en la vida la puedes encontrar estando soltero o casado.
Y esa es otra... en esta sociedad no hay lugar para los solteros. El soltero es un poco "paria". Mirad la Biblia secular: la televisión y las películas, ¿cómo pintan a los solteros?, ¡de ninguna manera!, es raro ver a solteros, siempre son personas que se dirigen a una situación de pareja, o a un romance. El mensaje que los medios lanzan al soltero es: "eres una persona incompleta, estarías mejor acompañado", bueno, no necesariamente.
¿Tú qué ofreces?. Otra cosa que me parece insultantemente estúpida es la actitud de muchos hacia el romance, recordad las frases que he comentado antes, las personas esperan mucho del "otro", muchísimo, ¡lo esperan todo!, que les haga feliz, que les ame, que les comprenda, que les llene de sentimientos de pasión y romanticismo, pero ¿qué están dispuestos a dar?, porque de lo único que hablan es de lo que esperan que les den.
Con una conducta tan egoísta y tan inmadura es normal que naufragen tantos matrimonios hoy día. La televisión nos ha idiotizado hasta tal punto que muchos parecen haber perdido el sentido común. Por no hablar de esa mentalidad consumista y egoísta, "yo soy el cliente, y el cliente tiene la razón, el cliente es el centro del universo y los demás existen para agradarme a mí".
Contaba Paul Tournier de un paciente que estaba lleno de tristeza y amargura, buscaba el amor incondicional, y lo buscaba de mujer en mujer. Curiosamente él no estaba dispuesto a ofrecer esa clase de amor. Y creo que este es un retrato del ser humano de hoy. Quiere amor incondicional, una persona que esté a su lado sirviéndole devotamente, pero él NO está dispuesto a ofrecer esa clase de amor. Mal asunto eso de pedir lo que tú no estás dispuesto a dar.
En la Biblia cuando se nos habla del matrimonio siempre se nos ponen delante nuestras obligaciones, lo que Dios espera de nosotros, nunca se nos dice los "derechos" que podemos exigir. El marido debe amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia, tratarla con suma delicadeza... y esto sólamente da para unas cuantas reflexiones. No se trata de "hasta que ella no haga esto, yo no estoy dispuesto a cumplir mi parte". No, no funciona así.
Diario personal de Julio Martínez, autor de la página estudios-biblicos.org, así como del podcast Jesús en internet.
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