Una de las cosas que siempre comentamos (en células, con hermanos de la iglesia) es que a nivel espiritual las vacaciones (verano, navidad, etc...) nos suelen dejar por los suelos. Cuando estamos de vacaciones puede que nos saltemos reuniones, nuestros días cambian y dejamos de tener comunión con Dios.
A mí en lo personal estas fechas me han hecho un flaco favor, tomar hábitos saludables para mi vida espiritual me cuesta mucho trabajo, pero dejarlos me resulta muy fácil. Esta mañana, después de lo que hablamos en la célula, decidí escucharme en mi reproductor de mp3 uno de los mensajes de David Burt (cada día me encantan más sus exposiciones de la Palabra), y la verdad, ha sido de gran bendición.
Nuestra vida espiritual es más delicada de lo que pensamos, ser descuidados, perezosos, nos buscar al Señor, nos enfría, y hace que cada vez se nos haga menos deseable tener contacto con nuestro precioso Salvador. Salir de la "mentalidad" de vacaciones implica (al menos en mi caso) ir haciendo pequeñas lecturas de la Palabra, dedicar pequeños momentos del día para hablar con mi Padre Celestial, y escuchar mensajes bíblicos en audio, así, poco a poco, va creciendo en mí una vida que es gozo y disfrute interior. Y es que siempre caigo en las mismas cosas.
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