Mañana salgo para Bailén para compartir el fin de semana con los hermanos de allí. D.m. tendré una reunión con los jóvenes, y dos predicaciones el Sábado.
Esto de hablar en una iglesia que no es la tuya propia es de por sí complicado, ya que al predicador le gusta conocer cómo es la iglesia para así poder hacer una labor más eficaz. Eso me ha hecho pensar en las necesidades más acuciantes de cada iglesia local, qué necesidades tenemos, en dónde estamos fallando.
Lo que yo conozco son las iglesias de mi país (España) y lo que conozco más de cerca es mi propio contexto denominacional, aunque me relaciono con hermanos de otras familias denominacionales y leo bastante. Con todo creo que estas son algunas de las necesidades que tenemos por aquí, y hablo no aplicándolo a los demás, sino a mí mismo, mi propia iglesia, que nadie se sienta aludido porque esta es un reflexión de tipo personal.
Visión. La iglesia local necesita saber cual es su propósito en el mundo, a dónde va, cual es su misión y cómo llevarla a cabo. Creo que muchas iglesias han perdido esa visión y van a la deriva, programas, cultos, etc... todo se organiza sin un entendimiento claro de cual es la meta (a veces tienen metas vagas que no son equivocadas, como "evangelizar, edificar, ser luz" etc...).
El libro "Una iglesia con propósito" (la semana pasada lo volví a leer), creo que contiene valiosas ideas que nos harán reflexionar. Como todo, hay que leerlo críticamente y con discernimiento, pero creo que hay ideas muy prácticas y bíblicas. Lás áreas de: envangelismo, discipulado, comunión, adoración y servicio deben mantenerse activas y en equilibrio, a parte de que la iglesia es la principal agencia misionera en el plan de Dios.
Consiervos pastores, renovemos la visión, porque somos nosotros los responsables de tener un conocimiento claro de la visión.
Discipulado.Tengo una gran carga por el discipulado. Y por discipulado NO entiendo la escuela dominical de adultos (tremendamente útil) o las predicaciones del Domingo, sino que me refiero en invertir años de tu vida en una persona que desea crecer espiritualmente y que debemos acompañar en su proceso de ser más semejante a Cristo.
Me llama la atención la ignorancia acerca de este tema fundamental en la iglesia. Si no estamos haciendo discipulos NO estamos cumpliendo la gran comisión. Leed 2 Tm 2.2 donde se explica el plan de multiplicación del ministerio. El final del proceso de discipulado es que el que ha sido discipulado sea un discipulador. De esto se puede decir mucho más, leed los libros de Lloyd Mendoza y Ron Coleman.
Pastoreo.Lo he dicho muchas veces, necesitamos que los pastores pastoreen, cuiden, enseñen, visiten, discipulen, corrijan, consuelen y alienten. Veo a muchos pastores que no entienden bien cual es su función y se dedican a: predicar, dirigir construcciones de templos, involucrarse en comités de todo tipo. Claro, y más si están a tiempo completo, tienen tiempo y quieren emplearlo, pero no saben cómo.
El ejemplo más claro de pastores, además del Señor Jesús, es considerar el trabajo que Pablo hacía con las iglesias que había ayudado a establecer.
Ofrendas. En mi iglesia me van a terminar llamando "Zaqueo", porque últimamente estoy considerando el tema de las ofrendas y veo que los españoles tenemos que cambiar muchísimo nuestra actitud en ese tema (ya he hablado de esto en los podcast).
En general a los españoles no nos gusta nada que nos hablen de la ofrenda, supongo que es una tendencia pendular, los abusos del pasado hacen que la gente se vuelva al otro extremo. Por otro lado hemos recibido mucho de iglesias de fuera y no hemos llegado (hablo en general) a saber lo que es el gozo de dar con generosidad y experimentar esta gloria. No se enseña de ofrenda hoy día y eso nos impide crecer en madurez y bendiciones.
Relaciones personales y resolución de conflictos. Más que las disputas doctrinales son los problemas personales los que causan divisiones y contiendas en las iglesias locales. Algunos no saben controlar su lengua malvada y murmuradora, otros no saben pedir perdón o perdonar, otros han caido en la peligrosa trampa del personalismo y piensan que ellos y su causa son el centro de la vida de iglesia.
Nada diferente de la iglesia del primer siglo.
Tradición. Las seis últimas palabras de una iglesia son: "Esto nunca lo habíamos hecho antes". Las tradiciones cuando surgieron recibieron una feroz oposición, había otras tradiciones más antiguas que contenían con ellas. Pero con el tiempo aquella nueva forma de hacer las cosas más conforme a la Palabra, se volvió algo anticuado, absurdo y un freno a la obra.
Algunas de nuestras tradiciones son excelentes, otras no. Y algunas nuevas ideas pueden reflejar una aplicación más literal de la Palabra de Dios a nuestras circunstancias. Todos tendemos a la tradición, por eso siempre hay que hacer un esfuerzo consciente de acercanos a la Biblia para ser renovados y recibir dirección de Dios.
Jóvenes. La gran asignatura pendiente de las iglesias, allá por donde voy veo pastores preocupados por sus jóvenes, y no es para menos. Necesitamos visión, tiempo y liderazgo dedicado al ministerio con jóvenes. Y debemos darle prioridad. Si tenemos que decidir entre tener un programa evangelístico y tener actividades y tiempo con los jóvenes escojamos los jóvenes, ¿quien dice que no estamos evangelizando a esos no creyentes que ya están dentro de la las paredes del local?.
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