Diario personal de Julio Martínez, autor de la página estudios-biblicos.org, así como del podcast Jesús en internet.
jueves, junio 08, 2006
El pastoreo bíblico
Estaba hace unos días en una conferencia para pastores, se trataba el tema de "cómo evitar quemarse en el ministerio". La conferencia se desarollaba en un contexto denominacional de Asambleas de Hermanos, en el tiempo de coloquio salió el tema de las diferencias entre los bautistas y los hermanos, la pregunta era más o menos algo así.
-Bueno hermano, sabe que en las asambleas de hermanos tenemos varios pastores y los bautistas tienen un sólo pastor, seguramente esto permite que el trabajo esté más descargado al no estar centrado en un sólo hombre, ¿qué otras diferencias ve entre estas dos denominaciones?.
El hermano que hacía la pregunta no lo hacía con mala intención, lo conozco, es un siervo fiel, con años de servicio al Maestro a sus espaldas, pero ya sabéis cómo somos en las denominaciones, y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, todos estamos, aunque sea un poquito orgullosos de "nuestra" denominación. Qué estupidez, si no estaríamos en otra familia denominacional. La respuesta del orador fue genial.
-Una de las mayores diferencias reside en que en las iglesias Bautistas hay un pastor que no pastorea, y en las asambleas de hermanos hay cinco pastores que no pastorean.
Me dieron ganas de caerme de la silla y revolcarme de risa por el suelo. Pero no lo hice, ya sabéis, por aquello de la dignidad.
Este hermano dijo algo más: desde niño se había criado en las Asambleas de hermanos y nunca, nunca había tenido una conversación pastoral con uno de sus ancianos.
Y ahora viene mi reflexión. ¿Es esto algo poco común?. A ver. ¿Cuantos pastores tienen conversaciones pastorales con sus miembros?. Por ejemplo, ¿hablas con los miembros de tu iglesia no para tratar un asunto en particular sino simplemente para saber cómo están, para escucharles?. Me da la sensación (hablo en general, siempre hay honrosas excepciones) de que algunos pastores predican, administran, gobiernan la iglesia de Dios, presiden las reuniones, disciplinan, se reunen con otros pastores, pero no pastorean (¡¡¡¡qué contrasentido más absurdo!!!!). Tal vez sólo se ocupen de algunos casos de "emergencia".
Pastorear es... consolar, alentar, corregir, animar, alegrar, enseñar. Pastorear es pasar tiempo con los hermanos, conocerles. Si un pastor cuida de las ovejas, las conoce por su nombre, pasa tiempo con ellas y ENTRE ellas, entonces es un pastor. Pero veo a algunos pastores que pasan mucho tiempo con otros pastores, pero no pasan tiempo con las ovejas.
Dos modelos de pastoreo. Tenemos al pastor de gran iglesia, es el modelo de iglesias americanas (norte, sur y centro), ese pastor (en el peor de los casos, por desgracia la mayoría) es un showman. Tiene un espectáculo y sus adoradores. Pero no pastorea. Conozco de primera mano casos así, en mi iglesia hay hermanos suramericanos que proceden de esos entornos. Luego tenemos el caso de una iglesia pequeña, muchas de estas iglesias están obsesionadas con la pureza doctrinal, pero de una forma que no es biblica. Les preocupa la sana doctrina, les aterran las herejías, y cuidan mucho la santidad de sus miembros y la ortodoxia. Eso eso bueno, a mí también me preocupan esas cosas (de hecho tenéis en esta web más de cien estudios bíblicos, algunos contendiendo fuertemente por la fe una vez dada a los santos). Pero el problemas de estas iglesias está en el énfasis doctrinal, algunos de esos pastores son golpeadores y maltratadores de sus miembros. Así de sencillo. Se preocupan tanto de la verdad que no les importa hundir al hermano al que le están hablando, "yo soy así de sincero, no me gusta andar con medias verdades", pero eso no es sinceridad, eso es crueldad, falta de amor, y por encima de todo, ni es ser un pastor, ni es ser cristiano. Puedes hablar la verdad EN amor.
Creo que sea una iglesia grande o una iglesia pequeña hay modelos bíblicos de acción pastoral para cada entorno eclesial.
Buscando a los solitarios, los débiles, los ausentes. En las iglesias hay hermanos/as de todo tipo, algunos están en todos los ministerios, son activos, es fácil encontrarse con esos hermanos. Hay otros hermanos debilitados que apenas asisten a las reuniones, algunos por pereza, otros están abrumados por sus distintas cargas. No debemos ridiculizarlos (son calienta bancos.... dicen algunos) sino buscar su crecimiento. Como dice Pablo Martínez "benditos sean los calienta bancos, porque al menos están con nosotros, sería peor que fueran calienta sofás".
Necesitamos un modelo de pastor orientado no sólo a unos pocos, sino a los débiles, exactamente como el Señor Jesús hacía, que se ocupe de los despreciados y deshechados. Y por supuesto, el tipo de pastor "autoritario, serio, contundente" que va por la vida de "ortodoxo" y sano en doctrina, puede estar muy bien (debemos ser sanos en doctrina, qué duda cabe) pero ser sano en doctrina no es sólo predicar contra los excesos de los carismáticos o los liberales, sino ser un pastor como la Biblia dice, no un pastor que no sólo no pastorea sino que maltrata a las ovejas desde el púlpito.
El pastoreo de los niños. ¡Ay!, ¡aquí viene una piedra de tropiezo!. ¿Cuantos pastores de las iglesias pastorean a sus niños?.... pero.... "¿es que hay que pastorear a los niños?, vaya, yo creía que los niños son gente feliz, y que no necesitan pastoreo". ¡¡¡Qué error!!!.
Pocos niños de iglesias evangélicas han recibido atención de su/s pastor/es. Observo lo que ocurre en otros lados, en algunos casos los pastores ignoran a los niños, en otros casos los tratan con torpe condescendencia.
Ahora en mi iglesia llevamos desde hace un año ocupándonos del caso de una niña que nos ha pedido el bautismo. Evidentemente es una niña pequeña, y creemos que, velando por su propio interés espiritual sería lo más adecuado que tuviera algo más de madurez para aprovechar ese importante paso. Pero hay cuestiones difíciles en este caso, la niña ama a Dios, y ese deseo que ella tiene lo ha puesto el Señor en su corazón, no queremos que se desilusione, o sea herida, queremos que ese deseo no sólo se mantenga sino que crezca. Así que tenemos con ella conversaciones periódicas, y todo esto se lo decimos claramente, también somos pastores de ella, no sólo de sus padres.
Aclaraciones
1) Este artículo está dirigido a pastores, no a miembros polémicos que buscan criticar y debilitar a sus pastores.
2) La ortodoxia verdadera no sólo no está reñida con el genuino pastoreo, sino que forma parte de ella.
3) Los bautistas son cristianos muy simpáticos, igual que los Hermanos, y entre ellos encontraremos buenos y malos ejemplos. De entre los dos, los menos bíblicos son aquellos que se sienten superiores a los demás (y de esos encontramos ejemplos en ambos grupos).
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1 comentario:
Julio, muy interesante reflexión. Me parece muy acertada y, lo mejor de todo, es que no hablas desde la "crítica pseudo-profética" que abunda tanto en ciertos blogs, sino desde el corazón mismo de alguien que vive dicho ministerio.
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