miércoles, junio 28, 2006

Compartiendo las alegrías

Me acaba de llamar mi amigo y hermano en la fe Rubén, un jóven diácono de mi iglesia local. Resulta que acaba de ser padre, hace muy poco.
Ha sido una alegría muy grande después de un tiempo en el que parece que sólo oíamos malas noticias en la iglesia (la semana pasada moría su suegro, después de una larga y penosa enfermedad, gracias a Dios, era un hombre creyente). Esta noticia me ha emocionado mucho, verlo a él feliz como nuevo papá, y compartiendo su alegría con nosotros, es toda una bendición.
Antes de ayer una hermana que está con unas oposiciones (y sufriendo bastante por causa de ello, ya son muchos años en los que pocas plazas se ofertan para muchos candidatos) nos pedía por su exámen:
-Y si me saliera el tema 3, sería genial.
Nos llamó a medio día: le había salido el tema 3, ¡lo celebramos por teléfono!, qué gran alegría.

Me encanta mi iglesia, me encanta compartir alegrías y acompañar en las penas, aunque no puedo pasar todo el tiempo que quisiera, cada circunstancia, cada alegría y pena vivida, hace que esta pequeña parte del Cuerpo de Cristo esté más unida que nunca, y en todo, nuestro sabio y bondadoso Dios está presenta, consolado y dándonos sus bendiciones.

1 comentario:

Jaaziel dijo...

La iglesia, la mas formidable "red" que ha conocido el hombre, directamente del corazón del Señor

3 iglesias del Nuevo Testamento

  ¿Cómo fueron las primeras iglesias? ¿En qué sentido la iglesia en Jerusalén no tenía nada que ver con las iglesias de Antioquía o Filipos?...