lunes, febrero 25, 2013

La insoportable presión para casarse

Me casé cuando tenía 27 años. Sinceramente, pensé que me iba a quedar "para vestir santos" (esta es una expresión que se usa en España para las solteronas, que terminan en las iglesias católicas vistiendo a las figuras religiosas).

Chantajear a Dios en oración, una práctica nada cristiana. Recuerdo cómo mi oración fue cambiando al paso del tiempo. Al principio oraba al Señor: "¡Señor, dame una novia!, me da igual que sea creyente o no". Era la oración de la desesperación.

Más adelante, y sin respuesta de parte del Señor oraba: "Señor, dame novia, si puede ser que sea creyente". Esta oración era un paso más espiritual, aunque sólo en apariencia. En realidad no estaba engañando a Dios, me estaba engañando a mí mismo.

Pero la respuesta no llegaba. "Señor- oraba entonces- si me das novia, te pido que sea cristiana, no quiero otra chica para mí". ¡Esta era la oración genuina, ahora sí que me escucharía el Señor!. Mi deseo había cambiado y sabía lo que el Señor pedía de mí.

Por aquel entonces, uno de mis hermanos dijo mientras todos comíamos: "creo que Julio nunca se va a casar, porque sólo se casaría con una chica como la madre Teresa de Calcuta, pero no se casaría con ella por que ¡es católica!!. La verdad, reconozco que el chiste tenía gracia.

La esperanza que se demora. Los años pasaban y la respuesta no llegaba. Pasaba de los veinticinco años y había perdido la esperanza de encontrar novia, quizás os parezca exagerado, pero así era como me sentía. Derrotado y sin esperanzas oré al Señor: "Señor, si no quieres darme novia, está bien, acepto tu voluntad, no me des novia, pero al menos dame paz".

¡Y el Señor me dió paz!. Dejé de angustiarme por el asunto de la compañera de mi vida. Y estuve sirviendo al Señor en lo que podía. Finalmente el Señor tuvo compasión de este miope torpe y despistado más allá de lo razonable y le dió una compañera cristiana, ¡y más hermosa que la madre Teresa de Calcuta!.

Comprendo la presión que muchos solteros experimentan con el tema de la pareja. Por un lado estamos viviendo una crisis espiritual sin precedentes, en concreto los varones. Veo muchas hermanas jóvenes que son buenas creyentes, y menos varones en las reuniones, y muchos de ellos ¡muy despistados!.

Lo primero que quiero que sepas es que el Señor te ha llamado a vivir en paz. No permitas que NADIE te angustie. Si algún hermano bienintencionado pero equivocado se acerca a tí con comentarios como: "¿todavía estás soltera?, voy a orar para que el Señor te de un buen marido". ¡Mejor ora para que el Señor no te mande esa especie de amigos de Job que más que consolar traen aflicción!.

Pornografía femenina. Vivimos en una cultura obsesionada con lo sexual. Es cierto que la pornografía atrae mucho más a los hombres, pero hay otro tipo de pornografía, es la pornografía femenina, si bien no es tan grosera y sórdida como la pornografía masculina, es mucho más sutil: se trata de las películas románticas. Por cierto, muchas de estas películas románticas no son más que historias de adulterio (porno- grafía, literatura de adulterio) son historias de "amor" que encubren una amor adúltero, o fornicario.

Más allá de eso me preocupa cómo esas historias románticas pueden quitar la paz de una jovencita cristiana, obsesionándola con encontrar marido. ¡Como si no hubiera cosas importantes en las que pensar!. Estas historias te pueden proporcionar entretenimiento y emociones temporales, pero quizás no te ayuden a vivir con tranquilidad, centrada en cuidar de tu fe y de los asuntos del Reino.

En una ocasión mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de hablar en un grupo de jóvenes. Aunque yo era el predicador invitado, creo que la única que dijo algo realmente útil fue ella. Una chica comentó lo angustiada que estaba con el asunto del matrimonio.

La respuesta de mi esposa fue más o menos como sigue: mira, ahora eres jóven y tienes un tiempo muy valioso, puedes leer más libros que nunca, dispones de más tiempo para servir al Señor que nunca tendrás, ¡aprovecha ese tiempo precioso haciendo algo útil!. En este tiempo de tu vida estás formando el carácter del tipo de persona que llegarás a ser, ¿qué estás haciendo para vestirte de esas cualidades personales?. Hay cosas más importantes que pensar y qué hacer en la vida. Preocuparte y afanarte por esas cosas es una buena manera de perder el tiempo.

1 comentario:

Isa dijo...

¡Precioso y excelente post! Muy bien dicho, y mire que habla un persona rondando el perímetro de la senilidad pero que he visto muchas cosas semejantes. Esto es algo que se le debe recordar a la juventud. Gracias por hacerlo.
Saludos.

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