domingo, octubre 26, 2008

Las crónicas de HerNia II

Mi cama de hospital.

Después de mi breve paso por el hospital el Viernes, hoy Domingo a las 18 hrs he vuelto. Mi cama y mi pijama me esperaban, así como dos frascos que me habían dejado en mi mesita, jabón para ducharme, y un enjuage bucal (una especie de betadine oral).

Desde las seis me dió tiempo a pasear con mi esposa, a charlar con mi compañero Juan (un señor muy simpático), y poco más. Antes de la cena se acercaron una auxiliar y una enfermera a explicarme cómo usar los dos fraquitos, y el "procedimiento" antes de la operación. A partir de las doce de esta noche no puedo ni comer, ni beber nada, ni agua. Luego una enfermera me abrió una vía y me puso una especie de vacuna temportal contra el tétano. Mis felicitaciones a la enfermera que lo hizo perfectamente, ni me enteré de los pinchazos.

A las ocho, mientras mirábamos el partido del Atlético de Madrid vino la cena. Señores, el que se queje de las comidas de los hospitales no tiene razón, me pusieron una estupenda menestra, un cuarto de pollo asado con su salsa, lechuga con sus sobrecitos de aliño y un hermoso ejemplar de plátano. Una maravilla de cena, que me ayudará a esperar en ayunas hasta que me operen.

La vía colocada en mi brazo, con grandes posibilidades como arma de autodefensa o aerógrafo.

En cuanto al chisme que tengo colgado del brazo (la via) se parece a una especie de pistola de agua, algo parecido a un grifo (supongo que lo podría usar para defenderme de un atacante lanzándole chorros de mi propia sangre a los ojos).

Por lo visto no voy a ser de los primeros en ser operados, somos cuatro y puede que sea el último. Un barbero vendrá a afeitarme la barriga (suena a guasa, pero es así), luego me daré una ducha y el enjuague bucal, y me pondré otro pijama limpio. Y a esperar.

Un servidor conectado con Koji, en una pose natural y nada improvisada.

Sigo conectado con mi querido Koji y la conexión con Simyo, que está funcionando de maravilla. Tengo un vídeo por subir, veremos a ver si esta conexión es capaz de subirlo...

Reflexiones sobre un hospital. Siempre impresiona estar en un hospital. Es como entrar en otro mundo oculto de nuestra vida cotidiana, personas que sufren, familias que sufren. Mi compañero es un señor mayor que vive solo, lleva dos meses viviendo en el hospital, nadie viene a visitarlo, nadie le llama, pero no creáis que es una persona resentida o amargada, es un hombre muy agradable que está encantado de la compañía. Una de sus ilusiones era ver el partido de fútbol conmigo, el Viernes me preguntó si me gustaba el fútbol, en ese momento le dije que no era muy aficionado. Hoy volvió a preguntármelo, seguramente no se acordaba de mi respuesta, así que le dije: "Hombre, no soy muy aficionado, pero si hay un partido interesante podemos verlo juntos". Y se quedó tan feliz.

Las veces que ido a un hospital siempre he tenido ocasión de compartir acerca del amor de Jesucristo, y no sólo eso, sino de acompañar y manifestar ese amor. Os agradezco las oraciones que estáis ofreciendo en mi favor, y os pido que también os acordéis de Juan, mi compañero de habitación, necesitado del amor de Cristo Jesús, el Salvador, El Rey y Creador de todas las cosas.

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