domingo, mayo 28, 2006

Hablando al corazón

Tengo carga por la predicación y la enseñanza en la iglesia. Me apena ver la necesidad que hay y la falta de maestros cualificados por Dios que no sólo enseñen sino que "conecten" con las personas, transmitiendo de forma eficaz el evangelio y las inescrutables riquezas de Cristo.

Una cosa que me gusta de muchos predicadores que realmente conectan es su capacidad para, no sólo exponer la Palabra, sino de compartir sus vidas. Si fuiste a la escuela dominical de pequeño sabrás a lo que me refiero, la maestra os compartía experiencias vividas en el caminar cristiano, y tú ahora lo recuerdas. Si eres predicador tu llamado es a exponer con fidelidad la totalidad del evangelio de Cristo y el consejo de Dios, pero además eres llamado a hacerlo como un mayordomo de Dios, tocando corazones, por eso debemos compartir nuestra vida, abrir nuestro corazón, ya que estas experiencias vividas en el camino de Dios impactan a los hermanos y les son de mucha bendición.

Y esto tiene que ver con lo que voy a decir a continuación. En el pueblo de Dios necesitamos pastores. David Burt nos compartía, que en todos sus años como creyente (nació en el seno de una familia cristiana) jamás tuvo una conversación pastoral con sus ancianos. ¿Cuantos de nosotros, pastores/ancianos estamos pastoreando?, os recuerdo que pastorear no es sólo dar órdenes, enseñar con autoridad, administrar el gobierno de Dios en la iglesia, es mucho más. Pastorear es:

alentar a las ovejas: enseñando la Palabra y animando, consolando, llevando sus cargas, conociendo a las hermanos y pasando tiempo con ellos.
alegrar a las ovejas: no debemos golpear a los hermanos con mensajes duros e hirientes, la Palabra de Dios viene a sanar a los quebrantados de corazón y quebrantar a los de corazón rebelde, no al revés. Hay muchos, demasiados, que utilizan el púlpito para herir a los que necesitan ser vendados.
Muchas personas acuden a la iglesia realmente fatigadas, llenas de cargas y penas que sólo ellas conocen, hay un tiempo para todo (no estoy diciendo que debamos tapar algunas partes de la Palabra), ¿conoces el estado de los hermanos?, ¿procuras acercarte a ellos con amor y llevar sus cargas?. Hace poco escuché a un hombre sabio decir, "¿Sabéis cual es la diferencia entre una iglesia bautista y una de hermanos?, en la iglesia bautista hay un pastor que no pastorea, y en la iglesia de hermanos hay cinco pastores que no pastorean". Que el Señor tenga misericordia de nosotros.
conocer la Palabra: ¡cuanto desconocimiento hay de la palabra de Dios ENTRE LOS LÍDERES!, debemos leer y estudiar la Palabra cada día. Conozco de una iglesia en Mozambique que tiene una "pastora", esta hermana tiene tal necesidad de conocer de la Palabra que recibe los casettes con mensajes de mi iglesia para aprender. Somos una iglesia pequeña con predicadores "normales", pero enseñamos expositivamente la Palabra, se ve que no en todos lados hacen lo mismo.
amar a los hermanos: hay pastores que aman "el ministerio", aman su posición como pastores, pero en realidad se han enseñoreado del rebaño y no son siervos. ¿En que se nota un pastor?, en el genuino amor a los hermanos, un amor que se ve en que desea estar con ellos. Uno de mis colegas ancianos es mi hermano Angel Corros, es un hombre normal, no es un showman, no es un predicador con "pico de oro", pero es un pastor, un verdadero pastor, ama a los hermanos, los visita, los cuida, los alienta, los conoce, está con ellos. De él ( y de otros muchos como de mi hermano Jorge) aprendo lo que es ser un pastor. ¡Menos figurines de púlpito, actores de espectaculos evangélicos y más pastores!.

Doy gracias a Dios por el ministerio de hombres que califican según Dios, aunque no califiquen según el mundo, o los seminarios, o los canales de TV "cristianos".

1 comentario:

Anónimo dijo...

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