viernes, marzo 24, 2006

De organizaciones y ejecutivos evangélicos


Durante mucho tiempo los evangélicos españoles no hemos estado muy organizados. Algunas familias denominacionales más que otras, aunque en general estamos viendo en España movimientos hacia la unidad y el trabajo juntos en proyectos comunes. Que quede claro que no sólo no me opongo, sino que creo necesario que el Cuerpo de Cristo se apoye mutuamente y unifique sus esfuerzos....

Pero como todas las cosas buenas, hay una parte no tan buena, sea porque es llevada al exceso, o porque la cizaña se mezcla con el trigo, sea porque Satanás es un falsificador de todo lo bueno.

Creo que Dios llama a determinados hombres a liderar, organizar y coordinar actividades para beneficio del pueblo de Dios y de la obra de salvación. Tal es el caso de presidentes de misiones, o de conocidos seminarios (como Chuck Swindoll). En cualquier caso no es mi llamamiento. Estos hombres deben de tener una mezcla entre un verdadero siervo de Dios, un administrador, un estratega, un comunicador, etc.... conozco a hombres así. Quiera Dios enviarnos hombres de ese calibre, que pongan sus vidas y sus dones al servicio global de la obra de Dios, y que no posean otra ambición que obedecer al Rey.

Hay otros que no tienen nada de lo dicho anteriormente, ven a esos siervos y anhelan, no la consagración de esas vidas rendidas a Cristo, sino el poder y reconocimiento de otros. Un amigo mío dice que son "ejecutivos evangélicos". Creo la expresión es bastante gráfica. No son siervos, son trepas, lobos ambiciosos, pirañas del reconocimiento de otros, rápidos para ocupar la primera fila en la foto de grupo. Por desgracia están floreciendo esta clase de hombres.

Podrían estar escalando puestos en grandes empresas, pero tuvieron la desgraciada idea de entrar en la iglesia de Jesucristo. No tienen vida espiritual, pero predican, escriben columnas en reconocidos medios cristianos. Algunos están ocupando pastorados en iglesias, pero al no servir como pastores, se buscan otras ocupaciones (como si ser pastor te dejara tiempo libre para ir a reuniones, comités e historias parecidas).

Hoy he visto a un verdadero hombre de Dios, un hombre con corazón de pastor llorar. Me estaba contando de uno de estos "ejecutivos evangélicos" que pastoreaban una iglesia, pero estaba ocupado en múltiples reuniones de altos vuelos, pomposos comités y cosas parecidas. Un chico de su iglesia estaba grave en el hospital, había pasado un mes, y él no había ido a visitarle. Su esposa le recriminó, a lo que este ejecutivo respondió.
-¿Pero cómo voy a visitarlo?, ¿no ves que tengo cosas más importantes que hacer?.

Ahora nos estamos organizando. Bien. El alcance del trabajo que podemos hacer será mayor. Muy bien. Nuestra presencia en la sociedad, reconocimiento y voz serán patentes. Y si en tiempos de Pablo se levantarón falsos maestros que no perdonarán al rebaño, ahora se levantarán sus descendientes, sólo que el poder al que aspiran es mucho mayor. Que el Señor nos guarde de los ejecutivos evangélicos, que tienen mucho de ejecutivo, y nada de evangélico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amen!!
Julio, ¡acertadisima reflexión!
Sigo leyendo con mucho interés tu blog. ¡Ánimo!

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