lunes, febrero 11, 2013

Los Miserables

Hace cosa de algo más de un año mi esposa y yo fuimos a ver el musical basado en la obra "Los miserables". Quiero decir que fue uno de los musicales que más me gustó, pero cuando surgió la oportunidad de verlo en su versión cinematográfica... mi entusiasmo no era excesivo. Aún así fui (esas cosas del amor).

Y me encantó. Es impresionante, apoteósico, musicalmente brillante y.... con un mensaje cristiano que no se veía tan claro en el musical de Gran Vía. Estábamos tan sobrecogidos que tuvimos que esperar un tiempo para salir de la sala.

Es un pena que en la traducción se hayan perdido importantes conceptos que son fundamentales para apreciar la profundidad espiritual de la obra.

"Grace" (en or. en inglés) es traducido por "Caridad".
"Bring me home" (llévame a casa) es traducido por "¡Sálvame!" (¡por favor! ¿cómo se les ocurre?).

En la película usan los subtítulos del musical que se representa en nuestro país, lo cual es un disparate, ya que ¡no coincide la traducción! aunque mantiene la musicalidad y rima, se pierde el contenido.

"Los miserables" es una historia de redención en el más hondo sentido de la palabra. El protagonista, un reo que ha sufrido veinte años de cárcel por robar pan para su sobrino (y por intentar fugarse). Libre y lleno de amargura es rechazado por todos cuantos se encuentra a su paso, su carta dice que es un ex convicto, por lo que no hay amor en el mundo para él. Hasta que un buen sacerdote lo acoge en su casa, le da de cenar. Pero él roba la plata de la casa y huye. La autoridad lo detiene y lo lleva a la casa del sacerdote, quien toma el candelabro de más valor:

-Amigo mío, te fuiste demasiado pronto y te olvidaste lo mejor, toma, y úsalo para ser un hombre de bien.

Jean queda libre y consternado por el amor del hombre de Dios.

Asi comienza una historia que parece sacada de las páginas de la Biblia. Frente a Jean está el implacable inspector Javert, es un hombre que no entiende la Gracia, sólo la Ley, para él no hay perdón, un hombre no puede cambiar. Al final de la historia (spoiler) decide que en el mundo sólo hay sitio para un hombre, Jean, o él, y se suicida. Gracia y Ley no pueden coexistir, al final la Gracia arroja la Ley.

Sólo un cristiano que conozca las preciosas doctrinas de la Gracia podrá comprender la belleza de esta historia, Jean Valjean muere en paz, abrazando a su hija adoptiva Cosette y a su prometido Marius, a los que considera hijos. al otro lado le espera Fantine, la madre de Cosette, y el sacerdote que lo rescato. Está cansado y ora "llévame a casa, Dios".

Por desgracia muchos hombres viven como Javert, cerrados al Dios de justicia y Gracia, engañados por su autojustifica y fariseísmo que le hace mirar a los otros hombres por encima del hombro. Para asombro de Javer, como para el de los fariseos, las prostitutas y publicanos entran antes al Reino de Dios, ya que muchos de ellos comprendieron mejor qué es el perdón, la incapacidad de alcanzar la justicia de Dios, y lo que es renunciar al orgullo del religioso. No hay justicia ni méritos fuera de la Cristo crucificado y resucitado, no hay salvación sin reconocimiento de nuestro fracaso.


1 comentario:

Isa dijo...

He escuchado mucho acerca de este musical y quiero verlo, algo que haré en cuanto tenga la oportunidad. Gracias por poner el post.

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