lunes, enero 17, 2011

¿Puede un cristiano ir a la guerra?

La película "Saints and soldiers" cuenta la historia de varios soldados que son capturados por las tropas alemanas en plena segunda guerra mundial, en un desesperado intento de salvar la vida huyen, quedando sólo un puñado de ellos, quienes se encuentran con un paracaidista inglés que tiene que llevar una información crítica a los mandos aliados.

A partir de esta historia bélica se van desgranando las historias personales de cada hombre. Lo que me interesó es que uno de ellos es creyente. Poco a poco se va desgranando el misterio del soldado al que los demás llaman "Deacon" o "el diácono". Alguien que no fuma y ni siquiera bebe café (al principio pensé que sería un mormón). El encuentro con un soldado alemán les hace ver que Deacon trabajó en Alemania como misionero antes de que comenzará la guerra.

El conflicto surge inmediatamente, Deacon no ve a los alemanes con el mismo odio que sus compañeros de armas, quienes cegados por las bajas sufridas no son capaces de ver diferencias entre un alemán y otro.

Todo esto me hizo pensar en el papel de Deacon como soldado, quien destaca entre sus compañeros por su valor y por ser tremendamente eficaz a la hora de hacer su trabajo. ¿Puede un cristiano ir a la guerra?, ¿son todas las guerras justificables o sólo algunas?.

Hace poco salió este tema en la iglesia. Hace unos años cuando un servidor era más jovencito el servicio militar era obligatorio en España. Yo opté por hacer los Servicios sociales (en lugar de la instrucción militar), no, no fué por motivos de conciencia, sino por conveniencia, acababa de comenzar a trabajar y no quería dejar el empleo.

Creo que somos víctimas de la presión mediática a unos niveles que somos incapaces de distinguir entre lo que nuestras Biblias dice y lo que nosotros creemos. En parte porque no conocemos nuestras Biblias, y en parte porque les hacemos decir a nuestras Biblias lo que no dicen.

La doctrina oficial de los medios dice que la guerra es mala, siempre, que todas tienen intereses creados y que la estrategia más sensata es evitarlas por todos los medios. No puedo estar más en desacuerdo.

Si eres un estudioso de la segunda guerra mundial estarás de acuerdo en que había que frenar el avance imperialista del nazismo a toda costa. De no ser por los aliados ahora mismo estaríamos en Europa hablando en alemán y cantando canciones sobre el Rhin (la frase no es mía, sino de Adolfo, uno de mis profesores de Instituto). La 2ª guerra mundial fué una barbaridad en términos de vidas humanas, pero fué evitó un mal muchísimo mayor, y no fueron pocos los jóvenes cristianos que se alistaron para luchar contra una de las ideologias más satánicas y homicidas que hemos visto.

Hoy en día quizás no hay enemigos tan claros. Por otro lado la debilidad de nuestros políticos (y de las democracias actuales) nos hacen ver que no tienen el valor de acabar bien algunas de las guerras que han comenzado. Ahora mismo me frustra bastante ver la salida de Afganistán, dejando a la población en manos de los talibanes.

Si me pongo a pensar se me ocurren algunas cuantas guerras "justas", pienso en África, y en concreto en Sudán, Etiopía, y pienso en los Balcanes y en lo mucho que la OTAN tardó en reaccionar mientras se cometía un genocidio que nada tiene que envidiar a los asesinatos en masa de los nazis. Y aquellos que estéis más versados que yo en las noticias de actualidad seguro que se os ocurren unas cuantas intervenciones militares en lugares abandonados de la mano de las democracias protectoras de los derechos humanos.

Sí, existe el concepto de guerra justa, y creo que cada uno en su conciencia debe decidir si empuñar o no las armas. Igualmente pienso que nadie tiene derecho de juzgar lo que otro en su conciencia hace en obediencia a Dios. Es más cómodo esperar a que otros resuelvan los problemas, mientras tanto recuerdo a tantos jóvenes que murieron en las playas de Normandía y en otros lugares.

viernes, enero 14, 2011

Manifiesto consumista "cristiano"

La publicidad y el mundo nos afectan mucho más de lo que pensamos. Llevamos siglos de publicidad donde nos han dicho una y otra vez que nosotros nos merecemos lo mejor, que el sufrimiento será para otros, pero no para nosotros, que merecemos ser atendidos como reyes, pagar poco y recibir mucho.


Y esa actitud, sumada a un deficiente discipulado y a un púlpito aguado ha parido a un tipo de cristiano consumista. Muy consumista, y poco cristiano (o nada cristiano). Esto es, en esencia lo que cree el consumista cristiano.

MANIFIESTO CONSUMISTA "CRISTIANO"

Nosotros, los cristianos consumistas somos la nueva iglesia. Rechazamos el aburrido y anacrónico modelo de iglesia incompatible con nuestro alto nivel de vida. Rechazamos un cristianismo que aspira a ser el centro de todo. Somos los hijos de Rey, destinados a heredar la tierra ahora, hemos dejado la fe para recibir ya las promesas.

1. Merezco una iglesia perfecta. Para nosotros una buena iglesia es como una buena cena, todo debe estar a punto, primeros platos, postre, y servicio. No hemos venido a preocuparnos de los detalles, no hemos venido a servir, sino a que nos sirvan.

2. Merezco una iglesia animada. Sólo hay una manera para saber si una iglesia está viva y es lo animado de sus cultos. Si la música es vibrante, profesional, si las predicaciones son amenas y todo el mundo parece divertirse esa es la señal inequívoca de que la unción de Dios reposa sobre ese grupo de creyentes.

3. Merezco unos líderes serviciales. Los cristianos consumistas necesitamos modelos, queremos pastores que sepan predicar sin aburrir, que parezcan tan espirituales que me hagan sentir que son una categoría especial a la que yo no pertenezco, y por lo tanto desisto de imitar. Necesitamos idealizar a nuestros líderes, aunque eso implique que sean líderes distantes.

4. Necesito entretenimiento y cierta espiritualidad, pero que no pongan el dedo en la llaga, en MI llaga. Que hablen de la visión, de la prosperidad, pero no acerca de dar, ni de la santidad y el pecado. Queremos ser animados, pero no constreñidos, fortalecidos, pero no quebrantados.


5. Queremos manejar la iglesia, pero no involucrarnos en ella. Tenemos un largo camino recorrido, hemos visto muchas iglesias y somos capaces de ver los defectos de cada una, por eso tenemos el derecho de decidir el rumbo de la iglesia... desde fuera.


6. Cambiar de iglesia periódicamente no refleja inmadurez, sino hambre espiritual. Nosotros somos el pueblo de Dios errante, moviéndonos de una iglesia a otra, siempre buscando, pero siempre insatisfechos. No deseamos ser juzgados por ser consumistas itinerantes, deseamos juzgar.

(Seguiremos ampliando el Manifiesto, se aceptan sugerencias).

miércoles, enero 05, 2011

El testimonio de una vida de fe

Mi llegada al evangelio fué una de las más vergonzosas de la historia del cristianismo. Si C.S. Lewis cuenta en su auto biografía que quizás fué el converso más remiso de toda Inglaterra, lo mío supera a los del genial escritor.

Cuando me preguntan cuando "me" convertí no sé dar una fecha, cuanto menos un día. Ni siquiera el año. Sólo sé que puedo decir que aborrezco mis pecados, que sin Cristo Jesús como mi justicia estoy perdido y condenado.

El año en que hice profesión de fe planeé bautizarme. En la iglesia hicieron los arreglos pero.... no me presenté a mi propio bautismo. Por aquella época los Testigos de Jehová estaban en mi vida y aunque había comprendido el evangelio, aún luchaba con dudas en los laberintos doctrinales de Brooklyn. Como un año después, en otra ciudad diferente hice planes de bautismo y finalmente di testimonio público de mi titubeante fe en el Salvador.

Uno de los ancianos de mi iglesia jugó un papel importante, aunque por aquella época en mi inmadurez no lo valorara lo suficiente. Un hombre de cierta edad, fiel hasta la raíz del cabello. Aunque pertenecía a otra generación y vivíamos en mundos diferentes, no me quitó ojo de encima. En las clases de preparación al bautismo me salté una, pero él no lo olvidó, me citó y aunque estaba yo solo me dió la clase.

Una de mis extrañas costumbres es que como era tan tímido siempre llegaba un poco tarde al culto, y salía antes que terminara para no tener que saludar a nadie (hay gente que me conoce ahora y que le cuesta creer esto). Un día él estuvo atento y salió corriendo detrás mía:

-Muchacho, ¡muchacho!.

Me volví hacia este hermano sin saber qué ocurría.

-Dime ¿es que tienes mucho que estudiar?.

No entendí la pregunta, y él me explicó lo que había observado, animándome a tener más contacto con los hermanos.

La tercera cosa que recuerdo fué un consejo que me dió: "Todos los hermanos son amados, pero tú, pégate a los mejores. Y otra cosa, en el asunto de novia haz como Isaac, ¡que el Señor te busque novia!".

Este hermano sigue activo, y a pesar de su edad mantiene íntegro el depósito de la fe, como testimonio de la fidelidad de Dios. Es una de las muchas personas que ha impactado mi vida y cuyas enseñanzas permanecerán vivas en mi memoria.

martes, enero 04, 2011

Lo que significa "entregar a Satanás"- vídeos CEG

Os comparto un vídeo que publiqué en mi blog sobre la secta "Creciendo en Gracia". Recientemente el líder de la secta perdió un juicio de divorcio contra su segunda esposa, en el juicio se mostraron las finanzas de este líder totalitario (cifradas en millones de dólares), y fué condenado a pagar una cantidad con seis ceros a su ex esposa Josefina.

Esta sentencia llenó de amargura a Miranda y lo maldijo públicamente, Miranda cree que tiene la capacidad de enviar ángeles de destrucción y de "entregar a Satanás" (como si eso fuera una especie de maldición, curiosamente Miranda enseña que Satanás no existe), en este vídeo enseño qué es "entregar a Satanás" y también hablo a aquellas personas que han salido de "Creciendo en Gracia" y que viven atemorizadas por el acoso de espíritus que les castigan por salir del Mirandismo.

Renovarse Y morir