viernes, abril 15, 2011

Destruyendo la fe de otros

"-¿No sabes que es muy malo jugar en Domingo?. Esta tarde tienes que ir a la iglesia, ¿cómo puedes presentarte ante tu Creador después de haber desobedecido una de sus leyes?.
    A continuación le ordenó que guardara sus juguetes y empezó a reñirle mientras el niño cumplía la orden.
-Eres un niño muy travieso- dijo- Piensa en el disgusto que le das a tu pobre mamá, que se encuentra en el Cielo".

Servidumbre humana. W. Somerset Maugham.

Qué cosa tan terrible es la religión. Tan terrible como un cristiano religioso, o un cristiano movido por buenos deseos pero enormemente ignorante de la Gracia.

De niño hemos oído cosas parecidas, sobre todo si fuiste criado en un entorno religioso. En mi caso el Viernes Santo unas tías (a las que quiero mucho) nos prohibían correr por el pasillo, tampoco se podía gritar ni reír. La razón era "que el Señor estaba muerto". Otros niños reciben la impresión de que Dios, el Soberano Creador del universo, está hondamente preocupado por los niños que corren con los pies descalzos en casa.

Sea cual sea la majadería, este tipo de comentarios abundan. En el caso de la novela "Servidumbre humana" (las dos que he leído de este autor las he rescatado de ser destruidas, de los viejas que son las ediciones que tengo). Pero hace años leí algo que me rompió el corazón.

Se trata de una novela gráfica titulada "Blankets" de Craig Thompson. El artista fué criado en un entorno rural muy religioso (e ignorante). En las primeras páginas nos comenta cómo en una clase de escuela dominical una rígida profesora les habló del Cielo, y de lo que iban a hacer en el Cielo:

-Y allí en el Cielo- decía aquella cacatúa- estaremos cantando por siempre.
-Pero- dijo el niño- yo no sé cantar muy bien, ¿podría alabar a Dios con mis dibujos?.
-No- respondía la profesora- sólo cantaremos.

No imagino el daño que podemos causar en la fe de un niño (y en general de un no creyente). Craig Thompson abandonó esa fe vieja, insulsa y religiosa, cargada de ignorancia y mandamientos absurdos. Pero lo cambió por nada.

Desde el liderazgo es desde donde más se puede hacer daño. Volviendo a re escuchar un mensaje del querido hermano Samuel Pérez Millos, él comenta su testimonio de niño, cuando habiendo hecho una travesura sin importancia uno de los líderes de la iglesia le tomó a parte y le dijo: "¿De verdad eres tú creyente?, porque un creyente no hace esas cosas". Aquello le hizo pasar una de las noches más terribles de su vida. Por la misericordia de Dios al día siguiente alguien que era auténticamente un pastor lo tomó a parte y deshizo con amor el daño que el otro líder hizo.

Uno de los amigos del predicador Spurgeon dijo: "He oido a Spurgeon predicar muchas veces desde el púlpito del Tabernáculo Metropolitano de Londrés, pero jamás lo he encontrado tan sublime y sobrecogedor como aquella vez que predicó sentado a los pies de la cama de un niño moribundo".

Vaya diferencia. Religión y fe en Jesucristo.

Es la misma historia que leemos en los evangelios, los fariseos y Jesús. Aquella mujer señalada y humillada por hombres que eran mucho peores que ella, Jesús la trata con respeto y amabilidad, avergonzando a sus hipócritas acusadores y guiándola al arrepentimiento. Aquel hombre leproso, rechazado por todos, harto de ver los rostros de repugnancia y miedo, un día tiene un encuentro con Jesús, quien no sólo le habla, sino que se le acerca y lo toca, sanándolo. Ese hombre, recaudador de impuestos, sólo su poder económico y Roma le salvaban del desprecio y la burla de otros judíos, un día Jesús decide expresarle la mayor amistad que un hebreo podría tener: comer juntos. Y ese encuentro cambia su vida.

Si te llamas cristiano y no eres amable, ten cuidado. Si te llamas cristiano y no amas a los que otros rechazan, cuidado. Si te llamas cristiano y te sientes superior a los pecadores, mucho cuidado. Si te llamas cristiano y no deseas restaurar al que cayó, cuidado. Si te llamas cristiano y tu modelo no es Cristo... entonces no eres cristiano en absoluto.

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