domingo, septiembre 26, 2010

Construyendo o derribando

A veces solemos decir que en todas las iglesias hay un "núcleo duro", es decir un porcentaje de miembros que son los que asumen toda la carga del trabajo y responsabilidades, el porcentaje varía de una iglesia a otra, pero ronda el 10/20%. Lo contrario al núcleo duro son los que llamamos "problemáticos", es decir, personas que en lugar de apoyar activamente a la iglesia, más bien hacen lo contrario. Por alguna razón no se identifican, no colaboran, no apoyan, y no asisten mucho, pero... en lugar de ser honestos y permanecer al menos neutros, minan el trabajo de otros.

En algunas iglesias estos son los que más se hacen oír, lo cual es irónico, porque no representan la mayoría, sino una activa y negativa minoría.

Muchas veces el Enemigo utiliza las buenas intenciones para estorbar la obra de Dios. Este porcentaje de personas negativas creen que están haciendo algo por mejorar la iglesia, pero en realidad están haciendo el trabajo de Satanás: destruir la obra.

Estudiemos algunas de sus maniobras:

"La iglesia está fría". Este es un comentario habitual en los negativos. En realidad este tipo de comentarios no son de mucha ayuda. Si por ejemplo unos pocos se dedican a comentar lo fría que está la iglesia lo que en realidad están haciendo es extender el desánimo "la iglesia está fría- es el mensaje subliminal- no vale la pena ir, ni comprometerse, ni servir en un ministerio".
  
Si de verdad nos preocupa el estado de la iglesia, en lugar de decir que está fría lo que debiéramos hacer es: 1. Orar por la iglesia. Orar por el liderazgo, los hermanos desanimados, los que no asisten, los que tienen problemas familiares, o de trabajo, orar por los jóvenes, por los solteros, por los mayores, ¡orar sin parar!. 2. Visitar a los que están desanimados y alentarles. En una palabra cuidar pastoralmente de los hermanos, lo cual es un trabajo de TODOS los miembros de la iglesia. 3. Hablar con los pastores en qué pueden servir para apoyar la iglesia.

Así que hermanos,  en lugar de decir "la iglesia está fría" hay un montón de cosas constructivas que podemos hacer en lugar de llevar a cabo el trabajo del diablo que es desanimar a los creyentes.

Una actitud crítica. Algunos ponen pegas a cualquier iniciativa, son hiper críticos. Por otra parte no son constructivos, su labor es poner obstáculos, no facilitar soluciones. Conozco de cierta iglesia que tuvo un proyecto de evangelizar en el barrio. Un grupo de hermanos (?) estuvieron meses discutiendo las dificultades, fué tanto tiempo el que pasaron discutiendo y comentando los "peros" que al final ¡no salieron a evangelizar!.

"Si no eres parte de la solución, eres parte del problema". Es importante ser realistas, pero es importante también tener en cuenta que el diablo desea poner freno a la obra y para ello utiliza a estas personas.

La tiranía de las minorías. Por desgracia la voz de unos pocos se hace oir más fuerte que la voz de los muchos. Esta minoría de personas negativas habla más alto en las reuniones, y a veces se escudan detrás de una misteriosa mayoría con comentarios como "he hablado con muchos hermanos y piensan que no deberíamos hacer XXXX", ¿quienes son esos "muchos hermanos"?, no, no lo intentes, no te dará los nombres ya que en realidad no existen, sólo se está escudando. Que hablen por sí mismos lo que tienen algo que decir, no dejes que ellos se vuelvan portavoces de nadie.

Personalmente no creo en la democracia en la iglesia local. Creo en ser uno en el Señor y en tener un mismo sentir. Pero no creo en el valor de "un miembro, un voto". Porque no todos los votos valen igual. No cuenta igual la opinión de un hermano que cada mañana se levanta temprano y llega antes que nadie para barrer el local y preparar la Santa Cena, que la opinión de otro que viene esporádicamente y cuya única misión es la de poner pegas. No tiene el mismo peso la opinión de una hermana ya anciana que lleva toda la vida sirviendo al Señor y apoyando a la iglesia, que la de un jóven que no está comprometido con el Señor pero que desea que su voz se oiga.

Es por eso que debemos ser muy cuidadosos a la hora de "discernir" la voluntad del Señor y el sentir de la congregación.

Pero.... ¿son creyentes?. Lo que me planteo seriamente es si aquellos que sólo vienen a la iglesia para causar estorbo y sembrar el desánimo en la iglesia son realmente creyentes. Ser creyente es mucho más que ser bautizado o que ir el Domingo a la reunión. ¿Qué hay acerca del fruto?, si en tu vida no reflejas el carácter y la naturaleza del Señor Jesús y si no hay evidencia de la obra del Espíritu Santo en tí, mucho me temo que estás en hiel de amargura y en prisión de maldad. Tu destino no es el Cielo sino el del gran rebelde, el primer ser que comenzó poniendo obstáculos a la Obra de Dios.

Hoy en día esto no es nada popular. Pero creo que debemos hacer lo posible por conocer el estado espiritual de cada miembro. "Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo" 1 Co 15.34.

Mucho me temo que hay en nuestras congregaciones algunos que no conocen a Dios. Nuestro deber hacia ellos es el de ser deudores del evangelio, advertirles de su destino, y darles a conocer al único Camino al Padre. No debemos consolarlos ni asegurarles que son salvos en base a una profesión de fe que a todas luces fué vana. Con ello les estaremos mostrando verdadero amor.

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