El Lunes pasado tuvimos la reunión de diáconos y colaboradores en la casa de Ángel (uno de los pastores) y su esposa Manoli (una de esas hermanas que "en la sombra" hacen más por el Reino de Dios que muchos bajo "los focos"). Como ya os he contado esas reuniones son fabulosas, sencillamente, lo pasamos muy bien.
Para la ocasión, David (uno de los hijos del matrimonio anfitrión) nos preparó una comida mexicana de burritos (lectores mexicanos, os pido disculpas porque seguramente habrá algún elemento que no haga de la cena sea técnicamente de burritos), que por cierto, estuvieron deliciosos.
A parte de eso la conversación, como siempre, excelente, chistes, ocurrencias, etc... luego estuvimos trabajando en asuntos de la iglesia (bautismos, próximo ágape, etc....) y tuvimos un tiempo de oración como hacía tiempo que no teníamos, y eso que siempre oramos juntos. La verdad, que es un privilegio servir en estas condiciones, lejos de ser trabajo, ¡es un verdadero disfrute!.
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