miércoles, septiembre 05, 2007

Crónicas desde el hospital y reflexiones sobre la enfermedad

Os escribo esto desde una habitación de un hospital, mientras me hago la ilusión de que estoy cuidando a un enfermo (en realidad son las enfermeras y auxiliares las que lo hacen, yo sólo le llevo agua, le hablo, lo incorporo, etc...).

Como me han recomendado que no dé muchos datos personales, no lo haré, sólo diré que es una persona a la que quiero tanto que no me cuesta trabajo estar con ella, ni ver sus drenajes, sus heridas de cirugía, ni las horas de hospital (aunque se pasan familiares y amigos).

Aprovecho para escribiros (gracias al Wifi) algunos pensamientos que se me vienen a la cabeza en estas horas.

Doy muchas gracias a Dios por el sistema de seguridad social que tenemos los españoles, aunque no es perfecto, es algo que tenemos que luchar por conservar. Además, estoy casado con una enfermera, así que sé cómo funcionan muchas cosas. También doy gracias a Dios por las personas tan cariñosas que suelen trabajar aquí, hasta la limpiadora que vino esta mañana se mostró cálida y atenta.

Un defecto que tenemos los españoles (y cuanto más conozco a otras culturas más me doy cuenta de nuestros defectos y virtudes) es cómo confundimos ser inoportunos con ser atentos. Os pongo un ejemplo, cuando alguien enferma solemos acudir inmediatamente al hotel, y eso dice que somos personas con fuertes lazos afectivos, pero no siempre es lo más inteligente visitar a una persona que está recién operada y sufre tremendos dolores, naúseas (porque está eliminando la anestesia) y a veces la falta de privacidad (desnudez porque una enfermera mira una herida y levanta el camisón, etc...).

Pensamos que tenemos que venir, y creo que en lo profundo de nuestro ser a veces lo hacemos porque no queremos que hablen mal de nosotros, bien porque no acudimos, o bien porque fuimos poco. Gracias a Dios de momento no hemos tenido ese problema, poco a poco la gente se va mentalizando, esta mañana, en una conversación telefónica me preguntaban directamente si la persona enferma estaba en condiciones de que se visitara, y agradecí la pregunta.

Creo que cuando hay que visitar a los enfermos es cuando están en sus casas, y si acaso hacemos la visita al hospital, esta debe ser breve, sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias del enfermo. Creo que es una desconsideración grave visitar a una persona que no está en condiciones de hacer vida social, sí está bien saludarla, o visitar a los que cuidan del enfermo (muchos pasan meses), aún más grave me parece que alguien se ofenda porque le dijeron que preferían que no le hicieran visitas: es un derecho del enfermo el no recibir visitas, al fin y al cabo es un enfermo, no la Reina de Inglaterra.

Como pastor tengo el privilegio de poder extenderme un poco más en las visitas, a veces, familiares no creyentes me han dicho (con tacto) que les alegra que visite al enfermo, y que de hecho al enfermo le conforta que ore con él y le hable, pero que prefieren no recibir más visitas de otros hermanos/as. Tenemos que ser considerados con los que sufren.

Y termino este post con una gloriosa llamada a la esperanza: llegará el día de gloria en que Jesucristo venga por su iglesia, y los que hayan dormido en Cristo y los que vivamos seremos transformados, resucitados en gloria y estaremos siempre con el bendito Salvador, ¡cómo anhelo ese día! ¡y que poco falta!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Julio querido: Solidario contigo en tu ocupación actual y comparto de manera gratuita, ya que yo lo recibí también gratis esta página qu espero resuelva, para siempre tus necesidades.
Dentro de la página hay un archivo de audio,entre muchos mas, que contiene el pensamiento y predicación hace mas de 100 años, de "el principe de los pastores" respecto al tema "salvación por obras, una doctrina criminal" escuchalo. Siento sinceramente que es la solución para todas tus preocupaciones y las de la persona que cuidas en el hospital.
Recibe un fraterno abrazo.
http://www.spurgeonaudio.com/
SUERTE.- feflola@hotmail.com

Converso dijo...

Gracias Federico, estoy familiarizado con los sermones de Spurgeon, los leo a menudo y creo que con justicia se le llama así, "el príncipe de los predicadores", el volumen de sermones sobre la Gracia, la elección y predestinación titulado "No hay otro evangelio" es una verdadera delicia.
Un saludo.

Laia dijo...

Vaya, sí que tiene defectos nuestro sistema sanitario, y te lo dice otra enfermera. Pero también tiene otras muchas cosas buenas, entre ellas, profesionales muy competentes que sienten verdadera pasión por su trabajo.
Por cierto, comparto al 100% el tema de las visitas. La de veces que, consciente del incordio que supone, he "echado amablemente" a la gente de las habitaciones. Yo diría que no solo es problema de conciencia, sino de poco conocimiento. En momentos así, se agradece mucho más una llamada de teléfono, o una nota con los buenos deseos para el otro.
Ánimo con esa labor de cuidador, y espero que el ambiente hospitalario no te afecte demasiado (algunos comienzan a ver "hombrecillos verdes" y todo, jejeje).
Mi más sincero deseo de restablecimiento a la persona que estás cuidando.

Converso dijo...

Muchas gracias Laia, la verdad es que no voy a estar mucho tiempo, mañana vuelvo al trabajo.
Y en cuanto a lo de los hombrecillos verdes ¡los he visto!, salen del quirófano con pijamas de ese color y llevan máscaras.

;-)

Anónimo dijo...

Julio querido: Te deseo un buen día de reingreso al trabajo. Yo entiendo que ademas de ser un estupendo profesional de la computación, seas un hombre culto.
Te pedí que "escuches", no que leas, el audio que te indiqué. Para mi es vital que lo hagas.
Te repito y reitero mi petición.
buen día

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