Si tuviera que reducir mi cristianismo a su mínima expresión, lo reduciría a mi relación con Dios, mi intimidad con Él, los momentos de quietud en Su presencia. Y al reducirlo así, lo estaría engrandeciendo. Algunos dirían, ¿y qué del prójimo?, si soy capaz de amar a Dios hasta desfallecer, seré capaz de amar a mi prójimo con el mismo amor que Dios tiene por él.
No te compliques la vida, no te enredes en las cosas del mundo demasiado, ni te enredes con la religión que te quita la vida, céntrate en tu intimidad con Dios.
Diario personal de Julio Martínez, autor de la página estudios-biblicos.org, así como del podcast Jesús en internet.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La falta de dominio propio
”Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.“ Efesios 4:26-27 La pérdida de contr...
-
Todos los que seguís mi blog sabéis que desde hace años comencé a investigar y escribir sobre la secta Creciendo en Gracia y su falso mesías...
-
Uno de los predicadores que más admiro es Spurgeon, no sólo por su celo por las almas, sino por su pasión por la sana doctrina, su valor al ...
-
Soy cristiano evangélico, desde que tenía 18 años me caí de cabeza sobre la Roca y me descalabré (bendito descalabro), sin embargo, cuanto m...
No hay comentarios:
Publicar un comentario